Tres no son multitud II LuXiuChen (Poliamor) EN PAUSA

3. De como nos enamoramos tu y yo

Besos locos durante las mañanas, caricias candentes en las tardes y embestidas potentes durante la noche era el resumen del día para Minseok.

Y a pesar de que no podía evitar pensar en lo bien que habían terminado sus vacaciones, no podía dejar de pensar que faltaban solo cinco días para volver a Corea. Volver a su realidad y dejar de lado al caliente y dedicado chino que poco a poco le robaba su cordura y corazón.

Esa misma mañana se había despertado con la lengua del chino en ciertas partes de su cuerpo que terminaron por freír su cerebro y gemir demasiado fuerte como para estar en un departamento.

– ¿Qué haremos hoy? – Preguntó inocente Luhan mientras salía del baño luego de enjuagar su boca.

– Déjame que vuelva a la tierra para pensar – Respondió el coreano al ver como el chino sonreía de manera lujuriosa con su ropa interior en dirección a la cocina.

Sabía que como todas las mañanas prepararía café negro par su deleite mezclado con esos besos dulces que le gustaban en las mañanas perezosas.

Arrastró sus pies con las pocas energías que le quedaban hacia la cocina utilizando una de las poleras de Luhan junto a su ropa interior.

– Buenos días – Susurró mientras besaba escuetamente al mayor. No podía evitar pensar en lo bien que olía el hombre en las mañanas, especialmente mientras preparaba el café.

– Muy buenos días – Respondió el chino entregando una taza de café para servir la segunda taza y así comenzar esa mañana.

Había algo que no querían hablar, y a pesar de lo evidente que era Minseok se sentía en la necesidad de plantearlo.

– Me voy el viernes.

El silencio se hizo presente mientras ambos se miraban atentamente. Eran ambos hombres adultos, sabían que estaban jugando un juego peligroso cuando habían comenzado. Pero ninguno de los dos quería decir que sentía algo más por el otro. Era simplemente mejor dejarlo como una buena atracción física y buenas conversaciones.

Era mucho más sano para su salud mental.

– Te iré a dejar, así que no te preocupes Min –

– Gracias Lu-ge – Río Minseok dejando uno de sus pies coquetamente en la pierna del chino.

El corazón de Luhan se derritió un poco, porque la naturalidad y la forma en que se habían conocido en las últimas tres semanas había sido como un sueño hecho realidad. El hombre que tomaba el café frente a él tenía todo lo que necesitaba.

No era su hombre era ideal en base a estúpidos cánones de belleza. De esos habìa tenido montones y haciendo fila por su atención. Sino que era el hombre que no temía decirle que lo estaba haciendo mal o tironear su oreja cuando se comportaba mal. Y a pesar de que casi no lo conocía, ya cada vez más podía descifrar lo que un simple movimiento de cejas significaba.

Pero ninguno de los dos le había puesto límites a ese juego candente que había comenzado. Y a pesar de que esas palabras tan importantes estaban en la punta de la lengua era estúpido decirlas. Minseok tenía una vida, un trabajo, amigos y toda su familia en Corea no podía pedirle que se quedara solo por un capricho de él. Y era casi estúpido que pensara en el bienestar del coreano sobre el suyo que supo que su preocupación era auténtica.

Más salidas de café, más caricias candentes y noches a la luz de la luna fueron el broche de oro del viaje de Minseok. Que a pesar de no conocer ni la muralla china, se iba con una de las sonrisas más grandes. Había conocido al chino y a pesar de que ahora estaban en el aeropuerto esperando a que el coreano se fuese, había un enorme nudo en su estómago.

No quería dejarlo, no después de sentir que por primera vez en su vida, pertenecía.

Con el corazón apretado y aguantando las lágrimas se dieron un escueto beso de despedida se despidieron. Porque así era como debía pasar.

Las vacaciones terminaban y el amor de vacaciones con él.

🌸

:C perdón pero es necesario esto para la historia. No me odien :C

Nos leemos el próximo sábado!