Capítulo 5: Rarezas

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¡Idiota! Sasuke era simplemente un idiota. Eso era lo que pensaba Naruto de camino a su casa. Sin embargo, durante el solitario trayecto donde sólo escuchaba el rugir de su moto, no podía dejar de ver esos ojos que Sasuke había colocado al preguntarle quién era. Realmente se había creído por un momento que no le reconoció, pero tras ver su estúpida sonrisa, supo que era una broma de mal gusto por su parte. Aun así... seguía teniendo en mente esa mirada entre miedo y asombro. ¿Realmente se podía fingir algo así? Debía ser un gran actor.

Dejó la moto en el parking y subió en el ascensor hasta su casa. No es que fuera un gran apartamento, de hecho, vivía a las afueras de la ciudad puesto que era más económico que el centro. Aun así, le gustaba la zona pese a los ruidos de los trenes que pasaban cerca y los barcos que salían del puerto. Quizá se había acostumbrado a esa clase de ruidos y temblores.

Los trenes dejaban de pasar sobre las once y media de la noche, así que solía ducharse, prepararse un ramen instantáneo que compraba en la tienda bajo su casa y ver un rato la televisión hasta que los ruidos cesaban y podía descansar. A veces, se quedaba dormido en el propio sofá con la televisión encendida debido al cansancio. No era hasta las tres o cuatro de la madrugada que abría los ojos y se daba cuenta de que se había vuelto a dormir en un mal lugar. Por lo que apagaba la televisión y se iba a la cama a terminar de dormir las horas que le quedaban hasta que el despertador sonase.

Al llegar esa mañana a la oficina, tuvo que ocultar el primer bostezo al ver cómo el director de la compañía bajaba por las escaleras. Saludó cortésmente y siguió su camino sin prestar la menor atención a la conversación que llevaba el director con su ayudante, hasta que escuchó su nombre.

- Uzumaki – comentó el director – mi secretario te ha dejado la invitación para la ceremonia de esta noche encima de la mesa. Espero no faltes.

- ¿Ceremonia? – preguntó Naruto algo extrañado.

- Sí, irán varios modelos y queríamos que sacases unas fotografías de ellos además de los empresarios más cotizados de Tokio que asistirán. Es para los artículos de la revista del mes que viene.

- ¿Sasuke también asistirá?

Aquello pilló por sorpresa a ambos. Naruto lo vio en los rostros que colocaron tras la pregunta. No entendían por qué podía interesarle a él esa información, aun así, no tuvieron reparos en responderle.

- Le hemos dejado la invitación en su camerino. Espero no se le olvide.

- Últimamente está muy olvidadizo – comentó el secretario.

- Creo que está desatendiendo sus responsabilidades por algún motivo – sugirió el director – pero sí habrá que vigilarle más de cerca. Está faltando a varias citas importantes.

¡Olvidadizo! Esa palabra hizo que Naruto volviera a recordar al instante esa mirada asustada del día anterior. ¿Era posible que no le hubiera conocido? ¡No! Naruto sonrió apartando esa estúpida idea de su cabeza. Hablaba de Sasuke Uchiha, de ese cabrón que solía jugar con los sentimientos de la gente sin importarle nada, de ese chico solitario que seguramente... no asistía a los eventos porque no quería ir o se aburría. Parecía un chico caprichoso, nada más.

Subiendo las escaleras y recorriendo un par de pasillos, finalmente encontró al modelo que ahora causaba sensación en toda la ciudad y que tenía a la mitad de las chiquillas babeando tras él. Sasuke Uchiha acababa de meter una moneda en una máquina expendedora para sacarse una bebida. Estaba pulsando los números y le faltaba el último cuando escuchó la voz de ese rubio.

El fotógrafo (Naruto: Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora