Capítulo 7: Neurología

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El ambiente de aquel pasillo era algo que odiaba en demasía. El silencio y lo deprimente que era ver las caras de todos los que allí esperaban para ver al médico, sin embargo, él simplemente cerró los ojos tratando de evitar mirar a nadie, esperando tras aquel cartel de "Neurología". Todos los que hoy estaban allí eran bastante más mayores pero tenían algo en común, todos ellos venían con alguien. Sonrió con cierta lástima, él estaba solo, como siempre. Así es como acabarían sus días y lo sabía muy bien.

- ¿Sasuke Uchiha? – preguntó la recepcionista en apenas unos minutos.

No le hizo falta abrir los ojos para saber que la gente le observaba. Seguramente algunos le habrían visto en las revistas y otros... puede que no le conocieran, pero ver a un chico de su edad en la sala de espera de neurología no era buena señal. Creaba lástima allá por donde iba y era lo que menos deseaba en aquel momento. Ni siquiera era aún mayor edad y supo la cantidad de cosas en la vida que iba a perderse, todos los presentes allí lo podían suponer.

Se levantó con convicción y se dirigió al interior del despacho. Allí, tras una gran mesa de roble le esperaba el hombre que había llevado su caso desde el accidente, con las placas de la última resonancia magnética ya sobre el panel de luz y con cara angustiada. Sasuke tomó asiento con una ligera sonrisa, lo que hizo que el doctor se preocupase más.

- No hace falta que me lo diga, me lo imagino.

- Sasuke... necesito saber si has notado cambios estos últimos días.

- Bueno... mi memoria a corto plazo está fallando cada vez más rápido y supongo que en breve empezaré a olvidar también cosas más antiguas. Puede que no sea tan malo, quizá hasta consiga olvidar el accidente de hace un año – sonrió.

- Eres de los pocos pacientes que llegan aquí y no fingen que todo va bien, Sasuke, y no lo entiendo.

- ¿Por qué debería fingir que no estoy olvidando cosas? Tienes mis placas, sabes perfectamente que voy a peor, decirte que estoy bien sería mentirme a mí mismo. Soy... una bomba de relojería que en algún momento estallará y cuando ese momento llegue, es mejor que esté solo para no arrasar con nadie.

- Sasuke, no puedes evitar que los que te conozcan no sientan nada cuando se enteren de todo esto.

- Por suerte no le importo tanto a la gente – sonrió – quizá a mi representante le dé algo por no poder sacar tajada con mi trabajo como modelo, pero poco más.

- No voy a mentirte, Sasuke, se está extendiendo y muy rápido. Quizá en unos meses ya no...

- ¿No recuerde ni quien soy yo? – sonrió – sí, es posible. Para entonces podrá hacer la operación.

- De eso quería hablarte, Sasuke, ya te dije que era muy arriesgado, no puedo asegurarte que no haré daño al tejido cerebral, está demasiado cerca, no creo poder extirparlo todo. Hay un alto porcentaje de que te quedes en la mesa y otro muy alto de que algo vaya mal y te pueda dejar en coma o en estado vegetativo.

- Aún tengo unos meses para vivir, ¿no? Luego ya nada importará. Vivir levantándome todos los días sin saber quién soy o sin saber nada de mi alrededor no es vida, haga lo que quiera entonces. Me da igual quedarme en esa mesa. ¿Dónde le firmo el consentimiento para la operación?

- Es una decisión que deberías hablar con tus padres.

- Me emancipé, tomo mis propias decisiones y a ellos no les interesa nada de lo que vaya a hacer. Por favor... los papeles.

El fotógrafo (Naruto: Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora