alguien como tú ¡! malec [TERMINADA]

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[ 🤍 Isabelle ]

Después de la llamada con mi hermano, corrí a la casa de Magnus para poder hablar con él. Estaba segura que no aceptaría a la primera, pero tocando temas sensibles para él, lo haría tarde o temprano.

Él es el indicado para Alexander. Lo sé desde siempre, y aprovechando las situaciones, los juntaré, para que vivan felices.

Ya estando sentada en el comedor de la casa de los Bane, buscando las palabras para decirle que lo comprometí con mi hermano mayor.

–¿Qué es todo eso? –inquerí, comenzado una charla casual, viendo las cientas de hojas arrugadas tiradas en el suelo.

–Estaba escribiendo poesía, y algunas ideas para solucionar el problema con él que me cargo –me contó.

–Hablando de eso, bonito. ¡Tengo la solución a todos tus problemas, simplemente tienes que decir una sencilla palabra!

Magnus rodó los ojos. –No es hora de bromear. Esto es algo serio, mi padre esta grave, necesita los medicamentos.

–Estoy hablando enserio.

–De acuerdo, dime: ¿cuál es la solución?

–Hace unos meses mi hermano regresó, y me enteré que esta desesperado por encontrar a una persona con la cual casarse, para así conseguir la otra parte de la herencia familiar. Yo como buena hermana le he dado el nombre de la persona con la cual se puede casar.

–¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

–¡Que tú eres esa persona!

–¿¡Qué!? –pego un grito –. ¿Estas loca? ¿Cómo se te ocurre?

–Antes de que te pongas más histérico, déjame recordarte algo: necesitas dinero. Y ahora que lo sabes ve el lado bueno a la situación.

–Sé perfectamente que lo necesito y no veo nada bueno en casarme con Alexander. Hace años que no lo veo.

–Magnus escucha: sí te casas con él, heredará la fortuna y como serás su esposo, el podrá pagar los medicamentos de tu papá y todo lo demás.

–Entiendo, pero yo no soy así. No quiero casarme con alguien sólo por su dinero. ¿Por qué no conseguir alguien más?

–No hay alguien más, Magnus. Él acepto.

–¿Acepto casarse conmigo? ¿Alexander?

–Lo hizo.

–Sí que está desesperado. Hace años que no lo veo, no hemos sabido nada del otro en tanto tiempo. Es extraño –repetí.

–Eso no importa.

–¿Por qué yo?

–Quiere casarse con alguien que genere confianza, yo confío en ti y estoy segura que él igual, por eso eres él indicado. Será un matrimonio por contrato. Él gana, tú ganas. No pierdes nada.

–No creo que sea lo adecuado.

–Mira querido –suspiré. Sabiendo que estaba apunto de tocar temas sensibles –. Piensa en tus padres, tu papá necesita medicamentos.

–Lo sé.

–Tienes 3 días para pensarlo.

Tome mis cosas, le di un beso en la mejilla y salí de su casa. Sabía que había tocado terreno prohibido, pero Magnus necesitaba esto. Lo hacía por él. En fin de cuentas yo no ganaba ni perdía nada.

[...]