¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que el Sol causó su despertar? Eli no podía ya recordar la última vez que despertó naturalmente y no por gritos o gemidos procedentes de algún lugar. Cuando el pensamiento de poder acostumbrarse a aquello flotó por la superficie, ella tiró de el, obligándose a hundirlo lo más profundo posible. La esperanza era el mejor pretexto de los débiles; sin embargo en ese instante se permitió disfrutar la suavidad de la almohada, el perfume de las mantas, y saber que cientos de personas seguramente tiritaban de frío afuera de esas cuatro paredes, la desdicha ajena lograba hacerla sentir mejor.
Minutos u horas, restó importancia al tiempo que transcurrió mientras la tenue luz solar recorría un camino conocido sobre la manta. Ella no pensaba nada en particular. El dolor en su rostro y las consecuencias que se extenderían por varios días era mejor mantenerlas alejadas. Únicamente se centraba en los ruidos en el pasillo que minutos después se trasladaron a la cocina. ¿Vendría aquella chica a buscarla? ¿O tal vez ya se habría olvidado de su presencia? Por supuesto que no, se respondió al instante, las visitas son molestas, no se olvidan fácilmente y ella ni siquiera llegaba a la categoría de visita.
Después de un rato divagando, un toque en la puerta la alertó."Adelante"
"Buenos días" Umi abrió la puerta con una tímida sonrisa en el rostro y una bandeja sobre su mano libre que segundos más tarde fue sostenida con ambas manos.
"Buenos días"
"¿Cómo te sientes?" Preguntó al mismo tiempo que dejaba la bandeja sobre el buró cercano.
"Estoy bien"
"Estupendo" Umi echó un vistazo a la rubia, ella no calificaría su estado con la palabra bien. "Maki dejó antibióticos y analgésicos, debes tomarlos después del desayuno"
A Eli no le tomó mucho tiempo relacionar el nombre con la chica pelirroja, pero poca importancia le dio. El desayuno olía delicioso y si el olfato no la engañaba, aquella taza humeante era chocolate. Se enderezó de prisa, apartando mechones rubios de su rostro. Seguramente toda ella era un desastre.
"Cuando termines puedes tomar un baño, he dejado ropa ahí."
La rubia murmuró un rápido 'gracias' y se concentró en comer el delicioso platillo frente a ella. Umi prefirió retirarse en silencio.
"¿Sucede algo?"
Maki sabía exactamente que responder, no había razón para pensar más de lo necesario.
"No sucede nada"
"No es bueno mentir, Maki-chan"
"Deja de hablar y ponte a trabajar"
"Estoy trabajando, ayudo a mi jefa con sus conflictos internos"
"Tonterías"
Murmuró y sin prestar mayor atención siguió revisando cada carpeta colocada sobre su escritorio. El fin de mes siempre era el día más atareado de todos, pero al menos, si conseguía terminar temprano podía ir directo a casa. No operaciones, no consultas o emergencias; solo ella y Umi. Mientras sellaba una de las tantas hojas el pensamiento de aquella chica emergió, ¿Umi ya se habría deshecho de ella? Seguramente su expresión cambio considerablemente pues nuevamente la molesta voz interrumpió.
"¿Lista para contarme?"
"Ugh, no es nada importante. Deberías ponerte a trabajar y no sólo permanecer como idiota observándome"
"Qué cruel eres, Maki-chan"
"No te pagaré el día de hoy"
No hubo necesidad de más palabras, inmediatamente Nozomi comenzó a relatar oficio por oficio para mayor comodidad de Maki. La pelirroja no pudo evitar sonreír ante eso, Nozomi en muchas ocasiones podía ser un dolor de cabeza rozando la migraña.
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Eco.
FanfictionCuando tu vida no ha sido más que una constante lucha, no dudaras en tomar cada oportunidad que se presente. No importa si es correcto o no, cualquier persona servirá para salvarte. {AU} {EliUmiMaki} {LoveLive!} • Publicada originalmente en FF•