~Cap X: Amistad~

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Marco despertaba lentamente de su sueño. Al parecer el joven latino se había quedado dormido mientras estaba colgado de brazos y piernas.

Volteó a ver a todas partes y se percató de que aún seguía en el calabozo. No tuvo de otra que bajar la cabeza y cerrar sus ojos.

La reina había sido demasiado clara.

—¡Tres días en el calabozo!

Recordó las palabras que la reina Moon Butterfly les dijo a él y al rey mientras los guardias se los llevaban.

—¡No doblegaras nuestra voluntad amor! ¡Podrás torturarnos a mi y a Marco todo lo que quieras pero no doblegaras nuestra voluntad!

También recordó las palabras que gritaba el rey mientras se los llevaban a ambos.

—Ah... —Suspiró Marco.

De la nada estaba nuevamente triste. No sólo por lo de Jackie. Si no que por que ahora la reina seguramente se encontraba sumamente molesta con él y podría ser despedido y ser enviado a casa así nomas.

Sin ningún centavo en sus bolsillos y con sus sueños destruidos así nomas.

—Jajaja, eres tremendo papá —se escuchó hablar a alguien muy cerca de dónde estaba el latino.

Marco levantó una ceja y la cabeza al escuchar risas y voces muy cerca suyo.

—Pero que... —Se quedó atónito al ver al rey y a Star teniendo una especie de picnic en el suelo del calabozo.

Ambos se veían tan felices juntos. Seguramente tenían un momento de padre e hija.

Pero algo le llamó la atención al chico de rasgos latinos.

—¡River, ¿Cómo te liberaste!? —Preguntó Marco llamando la atención de ambos miembros de la realeza.

—¡Ah! ¡Buenos días Marco! —Saludó el rey muy enérgico. —Star y yo estamos teniendo un desayuno padre e hija, ¿Por que no te nos unes? —Lo invitó el rey.

—Este... Me encantaría... Pero...

—¡Estupendo! —Exclamó complacido el rubio. —Ven, tenemos maíz, pan de maíz, jugo de maíz, cereal de maíz y cómo postre...

—Déjame adivinar, ¿Pastel de maíz? —Dijo Marco con cansancio.

—¿Qué? —Preguntó el rey confundido. —Claro que no, tenemos pastel de chocolate. —Corrigió al chico. Luego puso sus manos en su cintura y continuó. —El maíz no lo es todo en la vida Marco.

El chico no tuvo de otra que rodar los ojos y suspirar con cansancio.

—River me encantaría unirme a su picnic pero por si no lo has notado, ¡Aún estoy encadenado! —Gritó exasperado el muchacho.

El rey entre cerró la vista y observó fijamente las cadenas que tenía el muchacho en sus muñecas y después de examinarlo con más detalle.

—Es cierto —se levantó del suelo y se acercó a Marco para empezar a soltarle las cadenas. —Lo siento Marco, que tonto soy. No me había dado cuenta jeje. —Se disculpó River.

—Nah, descuida River, no es necesario que te disculpes —mencionó Marco.

—¡Claro que no debe disculparse! —Exclamó muy molesta la princesa quién hasta este momento estaba observando y escuchando lo que ellos decían sin decir nada. Se levantó del suelo y se acercó a Marco, lo señaló con su dedo índice y continuó. —¡Un rey no debe disculparse con su servidumbre!

—Mariposita, por favor no es para tanto —el rey intentó calmarla pero ella continuó.

—¡Claro que no haré eso papá! —Encaró a su padre. —¿Cómo es posible que dejes que un esclavo te llamé por tu nombre? —Preguntó mucho más irritada.

Star Butterfly: La Princesa de mis pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora