Capítulo 3 « Miedo a la oscuridad »

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"La noche es perfecta para una nueva historia" decía Caronte mientras daba inicio a su programación habitual.

Aquella noche de la que Caronte hablaba era una de las noches más hermosas que Gibelys, Sofía, Daniel y Daniela podrían disfrutar, pues la luna estaba inmensa, no habían nubes en el cielo y ninguna hoja era elevada, pues la brisa estaba en calma. En este escenario se encontraban los jóvenes que iban de camino a casa, pues habían vivido y tomando mucho alcohol en la que fue la mejor de las fiestas universitarias. En su vehículo, una camioneta 4x4 gris, que le pertenecía a Daniel, el cual era el conductor designado y quien se mantenía sobrio, a diferencia de sus amigas.

En la inmensa autopista, donde todo parece infinito, Gibelys se despierta de su sueños y siente que el vehículo va en demasiado silencio, por lo cual se pasa del asiento trasero al lugar del copiloto, que estaba vacío, sólo para encender la radio, desafortunadamente sólo logró sintonizar estática.

— Gibelys, sucede que por esta zona no hay buena recepción. — Le decía Daniel mientras mantenía la mirada fija en el camino.

—¿Qué no hay que cosa? — pregunto Gibelys, con dificultad para formular una pregunta debido al alcohol en su cuerpo.

Daniel le sonríe y le dice lentamente lo que ya antes le había dicho, sólo que Gibelys con un gesto de su mano, le da a entender que ella va a insistir. Después de unos intentos fallidos, se da por vencida y al rosar su dedo por la Radio, esta sintoniza una emisora, la voz del locutor despierta a Sofía y Daniela, quienes preguntan si ya están en casa. Pero el locutor les da la bienvenida, así como abre las líneas telefónicas, rápidamente Gibelys se da la vuelta y busca en su bolso su celular, dejando parte de su cuerpo en el asiento del copiloto, una parte muy prominente, lo suficiente como para que Daniel se distraiga por un segundo y haga pasar el vehículo por un bache, haciendo que Gibelys y sus amigas den un salto dentro del automóvil.

—! Eres un bobo, maneja bien ! — le dice Gibelys mientras se toca la cabeza, pues aquel salto la hizo golpearse. Después marca el número de la Radio y hace la llamada.

— Hola, les saluda Caronte y estas en Frecuencia Mortal.

— Hola, soy Gibelys.— dice ella con un evidente tono de quien a bebido mucho.

— Saludos Gibelys, dime ¿Quieres escuchar una historia esta noche?

— Si, claro, esto aquí esta muy aburrido.

— Pues dime a que le temes...

Gibelys guardo un momento de silencio y después entre risas dijo.

— ! A la oscuridad !
— Excelente Gibelys, ese es un temor que aún aquí no hemos hablado y tengo a tres amigos expertos en eso. Sólo debes responder una pregunta.

—¿Cuál?

— ¿Te dolió el golpe que te diste hace un momento?

Gibelys guardo silencio y Daniel que manejaba la miro extrañada, sólo se podía escuchar la respiración en la bocina del celular, el cual Gibelys tenía en su oído. Gibelys trago saliva y como si a través de su sudor el alcohol que tenía en su cuerpo iba desapareciendo.

— No se de que hablas...— dijo Gibelys algo nerviosa sin razón aparente, pero Caronte añadió.

— A los cuatro les gustará esta historia...

Daniel apagó la Radio después de escuchar aquello y fingiendo una sonrisa siguió conduciendo. Daniela y Sofía tomaron como un chiste la llamada y sólo pidieron que las despierten al llegar a la casa, pero mientras ellas se ponían cómodas en el asiento trasero, frente a ellos la calle que se podía apreciar con total claridad, ahora iba desapareciendo lentamente, las luces se apagaban tanto al frente de ellos, como detrás, al estar en una completa oscuridad, aún cuando Daniel tenía las luces altas del vehículo, nada lograba iluminar, era como si la oscuridad la absorbiera y la única fuente de luz en ese momento era la del interior del vehículo.

Frecuencia Mortal  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora