Capítulo 11 « Todos llevamos un asesino dentro »

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2:40 am.

«Ya sólo quedan ustedes dos y estoy a la espera de la verdad» decía Caronte desde la radio.

Y en medio de una sala, con una televisión con la pantalla azul, se encontraba Ashley quien llena de inseguridades, temblaba mientras en su mano derecha tenía un destornillador plano, su ropa estaba manchada de sangre, así como su cabello suelto y con heridas en el cuello y brazos. Su mirada estaba fija en Kells, quien se encontraba del otro lado de la habitación con una cierta tranquilidad, su rostro reflejaba tal vez la mirada de una asesina, su ropa al contrario de la de Ashley, estaba limpia, y no tenía nada en sus manos, unas manos blancas y delicadas, su cabello estaba recogido con un moño rojo.

Pero usualmente está historia inicia más temprano, esta vez sólo faltan unos minutos para que todo termine y sólo se encuentran dos personas, lo que para Caronte no es lo indicado, pero todo tiene su explicación.

— Y, bueno ¿Me dirás quien eres? — pregunto Ashley quien no bajaba su única arma frente a Kells, quien antes de responder se soltó el cabello y sacudiéndolo un poco, sólo para respirar profundo y luego responder.

— Ya te lo dije, otra cosa es que no me creas.

— !NO SOY ESTÚPIDA! — gritó Ashley, y dándose pequeños golpes en la cabeza con su otra mano intentaba comprender lo que sucedía.

—  Los 4 fuimos traídos aquí por ese maniático de Caronte.

— ¿Los 4? Interesante, a ver ¿Dime donde están los demás? — pregunto Ashley mientras apretaba con fuerza el destornillador.

— Tú, lo sabes, Theo y Wendolyn murieron, aquí.

— No, ellos no murieron sólo así.

— Dime, entonces ¿Cómo murieron? — pregunto Kells quien retrocedió un poco hasta chocar con una silla de madera.

— Tú, tu, tú, lo sabes y yo no estoy loca.

— Está bien, te diré algo y es quien soy, pero tú también lo harás, ¿De acuerdo?

Ashley aceptó aquel peculiar trato y Kells inicio su relato.

— Bueno, mi nombre es Kells como ya sabes, vivo con mis padres, ellos tienen suficiente dinero como para no preocuparme de nada, pero hoy mientras dormía en mi habitación, una luz me cegó y llegue aquí, esa soy yo, ahora tú. — Le dijo Kells intentando que Ashley guardara la calma.

— Ok. Yo perdí a mis padres cuando era una niña y debido a eso pase parte de mi infancia en hogares sustitutos, pero yo siempre me escapaba, hasta que termine en la cárcel para jóvenes, pero eso no significa nada de acuerdo. Sólo que mientras dormía, un tipo con un violín entro a mi celda y no se que hizo que termine en este lugar.

Las manos de Ashley temblaban mucho, pues también tenía una herida en su pierna izquierda, la cual ella no había atendido.

— Te creo, pero debes dejar que revise tu herida o... — Ashley interrumpió a Kells y le dijo.

— ¿Antes de que muera? !eso quieres! — Exclamó Ashley y dando un un mal paso, resbaló con su propia sangre, pero Kells intento moverse hacía donde ella estaba pero Ashley no bajo su arma y lentamente se volvió a incorporar.

— Si.

— Y ¿Los demás, también los ayudaste?

— No, a ellos no se que les pasó. Sabes muy bien que ese tal Theo tenía un problema con su corazón y supongo que no soporto estar aquí.

— Tal vez, pero ¿Wendolyn?

— Yo no le hice nada.

— Yo menos.

Frecuencia Mortal  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora