Sissi Irazoky tiene un poder, puede viajar a vidas pasadas con solo tocar objetos antiguos.
Sin desearlo, hace contacto con un joven del siglo 19 que le pide ayuda para saber quién es el asesino de la familia Baltimore.
Solo para revelar quién y...
Una llamada me estremece en toda esta confusión y nerviosismo. Levanto el teléfono, sin darle la espalda a la mesa donde se hallaba el niño.
—Buenas noches, es Richard. Solo llamo para recordarle la cena que tiene pautada para hoy a las ocho en el AQ Restaurant.
—Bien, ¿sabe si Hank o Beatrice cenarán?
—Tengo entendido que cenará con usted y la familia Praagh —me confirma.
Ese apellido no ha parado de mencionarse.
—Está bien, Richard —cuelgo la llamada.
Pon tu mente en blanco, no viste nada. Ya pasó. Se fue. No existe, nunca existió. ¡Mierda! ¿Y si es la manija de la puerta? No, no lo creo. Sabes, no tengo nada de qué preocuparme. Solo necesito bajar a cambiarme y subir junto a Hank y Beatrice.
Una vez en mi habitación, decido prepararme; un pantalón y chaleco negro podrían darle notoriedad a mi piel blanca.
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7:45 pm
Al bajar, me mezclo con las personas para llegar serena a la cena. El hotel parece estar lleno; mucho murmullo por doquier. Busco a Hank con la mirada y no lo veo, tal vez a Beatrice o a los Praagh, pero no veo a ninguno. Pregunto dónde está mi mesa, cuando me dirigen me doy cuenta de que yo no estaba mal. No había nadie.
Me acomodo para esperar, la mesa está ubicada cerca de una fuente central. Al cabo de un rato, una chica joven se ha acercado para darme la carta.
—Bienvenida a AQ Restaurant, Srta. Irazoky.
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—Ahora, estoy esperando.
—En ese caso, no dude en llamarme —doy las gracias acompañado de una sonrisa tímida y se marcha a atender a otras personas.
Me encuentro leyendo la carta, sola, con mi estomago rugiendo del hambre. En vez de preocuparme por si ellos vendrán después de 10 minutos de retraso, pensé en Frank y en Dimitri, la discusión con Hank, pero sobre todo lo que he estado viendo. Creí que eso se había quedado en España.
