Febrero 2019
Queda demostrado que un ser inexistente puede cambiarte la vida. No por eso fue llevado a cabo ese pensar al principio de mis días viviendo en aquel extraño lugar, había encontrado algo completamente escalofriante, pero que solo yo, una joven temerosa y orgullosa podría resolver. Había decidido emprender la verdad sobre la familia Baltimore y el Sr. Maybrick, quiero relatar la autenticidad de los hechos, y siento la responsabilidad de llevarlo por este medio, pues me pregunto con insistencia ¿quién en el mundo creería tales relatos?
Marzo 2017
El frío viento alborota mi cabello mientras tocaba una efímera melodía con mi violín en la azotea del Grand Hotel Alquimist, en Praga, República Checa, junto a mi leal y reservado profesor. Un señor que sobrepasa la edad de mi padre yace concentrado observando el horizonte, sin parecer prestar atención a mi sinfonía. Creerlo un ermitaño a pesar de su edad, se ha convertido en un gran amigo de la familia, y por supuesto, de mí. Gracias a este hombre, encontré un refugio en la música, y en él pude ver el ejemplo de lo que quisiera que Hank hubiera hecho por mí.
—Esa melodía —dice sin apartar la vista de la ciudad—, ¿de quién es? Nunca la he escuchado.
—Por supuesto que la ha escuchado —relajada, olvido que mis manos son parte de esa creación.
—¿Qué piensas al crearla? —desenreda una hoja y me mira esperando la respuesta.
—Bien, no andaré con rodeos, Dimitri —dejé de tocar para continuar con la conversación— pero antes, ¿Cómo lo supo?
—Me ofendes con tal pregunta. Soy viejo y todo lo sé.
Gruño soltando un suspiro.
—Te muestras sin ánimos de seguir —duda.
—No tengo intención de continuar.
—¿A qué se debe tal actitud? —dice ronco.
—Bueno, si seguimos de hotel en hotel, huyendo de todo ¿cómo podría encontrar la estabilidad para continuarla? Los momentos se van con las emociones que fueron creadas en un lugar determinado.
—No deberías dejar que esto se interrumpa. Deberías —detiene su voz pensando—, tienes que encontrar la emoción que das en cada paso.
—Sinceramente, si lo hago de esa manera, creo que...
—Sissi, eso no debería tomarse como una broma —parece ya saber lo que iba a decir.
—Usted es tan adulto —me quejo—. Lo que necesito es estabilidad.
Dimitri me responde, pero sin querer hago oídos sordos, pues escucho un portazo que me llama la atención. Me asomo por la orilla y mi mirada se cruza con un chico que me parece apuesto y peculiar. Intento no tomar importancia frente a Dimitri, y quiero bajar a ver quien es.
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El último cuerpo
Misteri / ThrillerSissi Irazoky tiene un poder, puede viajar a vidas pasadas con solo tocar objetos antiguos. Sin desearlo, hace contacto con un joven del siglo 19 que le pide ayuda para saber quién es el asesino de la familia Baltimore. Solo para revelar quién y...