Capitulo 2 pt 4: Preguntas

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Me levanto al escuchar que algo se rompe, me percato que aun la noche reina

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Me levanto al escuchar que algo se rompe, me percato que aun la noche reina. Siento el frio recorrer la habitación, la ventana yace abierta, me levanto a cerrarla mientras me amarro el cabello. Bajo las escaleras con total cuidado acercándome al único lugar con luz, me encuentro con la Sra. Jones que yace con otro individuo en la cocina.

—Creí que no te levantarías por hoy. ¿Desea comer? —se sorprende al verme, y deja de limpiar la encimera para buscar un plato sin esperar una contestación mía.

—¿Algo se rompió? —pregunto media dormida, protegiendo mis ojos de la luz blanca.

—Imagino que ha sido culpa mía el que usted se haya levantado —menciona un señor con el cabello semi largo y con espejuelos, se disculpa bajando la mirada y tomando un poco de té.

—Parece que sí —le da la razón—, creo que ustedes dos todavía no han sido presentados, él es François Jones—aclara—, no estuvo aquí en la tarde porque estaba llevando a cabo una confirmación de envío para Beatrice.

—Un placer —sonreímos mostrando educación el uno al otro—. ¿Hace cuanto conocen a Beatrice? —pregunto para descubrir si ella ha vivido aquí anteriormente. Una duda que mi padre ha querido evadir.

Los dos se miran, François es el que contesta.

—Llevamos conociendo mucho a Beatrice. Ha sido muy buena con todos nosotros incluyéndonos en muchos proyectos. De la misma manera, Hank también —menciona el nombre de mi padre como si estuviese obligado a decirlo.

—Ustedes han servido para ella anteriormente en esta casa?

—Bueno, servimos a otras personas, pero Beatrice siempre nos ha cuidado.

—¿Por qué?

—Hace mucho que nos conocemos. A Beatrice siempre le ayudo a escribir sus guiones sobre la historia de algún personaje, propiedad, o país.

Me contestan en general. Volverles a preguntar lo mismo será un fastidio.

—Ah. Solo preguntaba porque se ven todos tan cercanos —respondo en mi defensa.

—Por cierto, perdone que desee involucrarme en cómo hacen las cosas aquí, pero no quiero niños en esta casa. Me causan estrés —pienso que podrían ser hijos de ellos.

—¿Niños? —no sé qué me estaba diciendo el rostro de la Sra. Jones al preguntar por los niños. François simplemente la observa de reojo y vuelve a su taza de té.

—Si —alargo la palabra dudando.

—No se preocupe, Srta. Irazoky, no volverá a repetirse —la Sra. Jones permanece callada, por lo que es François quien habla en voz baja.

—Aquí está el "Fresh potato" y una sopa de granos para este frío —pone los platos frente a mí y se dirige a la nevera a buscar agua.

—¿Y los demás han comido? ¿Beatrice y Hank?

El último cuerpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora