Entre las cortinas, la iluminación irradia mi rostro, me he levantado molesta para cubrir ese rayo con la fastidiosa tela para dejar en oscuridad mi cuarto, me apresuro a la cama antes de que se detenga el deseo de dormir. De repente, escucho como rechina una puerta al abrirse. Podría ser Hank, tal vez viene a disculparse. A mis espaldas escucho como se ha tropezado con un mueble, sigo ignorándolo.
Los nervios comienzan cuando la habitación queda en total silencio. Sentía cómo esta presencia se movía por la habitación hasta que detrás de mí la cama se hundía.
—¿Hank? —logro decir en voz baja estando en la misma posición. Las pesadas sábanas arropan mi cuerpo, manteniéndome escondida.
Inmediatamente recuerdo que él no tiene la llave para entrar. Una energía sentía en mi espalda, de querer levantarme y correr. Una caricia confirma que podía mirar en libertad, pero me detengo al escuchar un suave tarareo, como si se tratase de calmar a una niña, mi corazón fue a una velocidad inimaginable y mi aliento se estaba entrecortando.
Sobresaltada me levanto observando entre la noche, por defecto era parte de mí no ver bien. La borrosidad en mis ojos confirmaba una silueta oscura al pie de mi cama que se movía en dirección a la puerta, marchándose. Y cuando miro a mi lado izquierdo, me doy cuenta de que compartía cama con alguien más. Nuestros cuerpos estaban bajo las sábanas.
Por otro lado, distingo un movimiento humano, este se levanta de la silla que yace junto a la ventana y se va. Al no soportar más el miedo, me aventé a prender la lampara y en ese mismo instante, alguien jalaba de mi brazo mientras escuchaba fuertes murmullos. Comencé a luchar contra lo que sea que era esa cosa. Caigo al suelo gritando, me levanto para ir directamente a la puerta. Enciendo todas las luces con miedo, como si alguien me estuviera persiguiendo. Y ahí estaba. Había alguien quieto en el medio de la cama mirándome.
No quise mirar hacia atrás cuando decidí cruzar la sala, y salir de la habitación. Bajo las escaleras más cercanas, y me refugio en el lobby bar, que por los días que llevo trabajando y quedándome aquí, no cierran hasta las tres de la mañana. Miro el reloj, confirma que en una hora cierran. Los empleados son mínimos a esta hora, limpian, se pasean o entablan conversación con el que esté presente. Me encuentro con Patrick y con Garret.
—¿Te encuentras bien? —mira mis pies descalzos— ¿Sissi?
—No. Garrett, había alguien. Vi algo —tranquila, no metas a nadie en esto. Miro al barman y trato de secarme el sudor— ¿aún siguen abiertos? —ignoro a Patrick.
—Sabes que si —responde Garrett. Se encuentra trabajando hoy, le cambiaron el horario.
Patrick me trae unos zapatos de objetos perdidos, pero tuve que rechazarlo.
—No, no lo quiero —para confirmar lo enviaré a mi cuarto—, puedes ir a buscar los míos, ¿por favor?
Patrick y Garrett se intercambian la mirada mostrando preocupación. Garret me atiende con amabilidad y Patrick desaparece.
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El último cuerpo
Mystery / ThrillerSissi Irazoky tiene un poder, puede viajar a vidas pasadas con solo tocar objetos antiguos. Sin desearlo, hace contacto con un joven del siglo 19 que le pide ayuda para saber quién es el asesino de la familia Baltimore. Solo para revelar quién y...