PERDIENDO LOS ESTRIBOS.

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Ella entró a la habitación y él estaba ahí acostado leyendo un poco, sin camisa, con un brazo cruzado bajo su cabeza estaba solo en su pantalón de pijama.

Ella  recostada en el marco de la puerta le miró y pensó en lo mucho que lo deseaba y en lo sexy que él se veía.

Se acercó lentamente y gateando sobre la cama hasta llegar a él.

Agarró su libro y se lo arrebató, se subió sobre él quedando sentada en su cadera, mirándole el pecho, mordió la punta del índice de su mano derecha, mientras él agarraba sus piernas y metía las manos bajo su vestido agarrando sus nalgas.

Él se levantó un poco quedando sentado y ella aún sobre él, lo besó, esa vez más largo y apasionado, le mordió un poco los labios muy sensualmente por qué sabia que a él le gustaba, corrio su cabello dándole acceso a su cuello para que los labios de él se posaran ahí, mientras ella con sus manos jugaba en su cabello y sus uñas arañaban un poco su espalda.

Lo empujó y cayó sobre la cama nuevamente, beso su cuello, su pecho y bajó sutilmente por su abdomen.

Beso a beso llegó a la pretina de su pantalón y con su boca lo haló para quitarlo  por completo y dejando así libre todo tu cuerpo.
La desnudes bajo su vestido alimentó el deseo y lo exitaba cada vez más.
Ese fuego de su piel le invitaba a descubrir sus más bajos instintos, mientras ella estaba sobre él fusionando su alma a la suya.

Él solo pensaba; "Oh pasión, cuando te hiciste dueña de mi."

Él no lo tomó con calma, sus manos insaciables obedecieron al juego de su cuerpo y ancioso entro en ella, entre suspiros y aruños en su espalda. Él gozó en cada movimiento de la musa de sus sueños.
Se deshicieron de su pequeño y sutil vestido negro, agarrando sus manos y uniendolas arriba, besando su cuello, sus labios, mientras con la otra mano exploraba su cuerpo, haciendo que éste tiemble de placer.
Él, esclavo a sus deseos,  penetró las fibras de su cuerpo con más  pasión.
La escucho gemir  y se  enamoró, pues perdió el decoro y se fundió en las llamas de la insaciable Musa  de su amor.
La abrazó con fuerza y sus piernas rodeaban su espalda media, aceleró el paso ya que ambos perdieron los estribos, sintiendola suya descubrió su fortaleza. La levantó sosteniendo sus muslos contra la pared fría, se escucha un chasquido de sus cuerpos al compás de la melodía de sus besos y poniendola de espaldas la cateo cual Policía mientras besaba su cuerpo.

Sus labios bajaban poco a poco por su espalda como conociendo el camino.
Por instinto ya sus manos hacian lo suyo pues dibujan su piel.
Su aroma se mezcla con su cuerpo y se compaginaban perfecto.

Autor: *Siham Jousef.*

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