PERDONADME

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*Primer latigazo.*
Perdonadme sé que he pecado.

*Segundo latigazo.*
Perdonadme, lo he disfrutado.

*Tercer latigazo.*
Perdonadme sé que lo volveré hacer.

...Horas atrás...

Silbidos iban y venían, palabras insanas también.

Ella solo lo miro y le respondió.

Ven, arrepientete, entra al templo y guiaré tú oración.

Este arrepentido la sigue a una capilla pequeña, las velas daban la poca luz que ilumina el lugar.

Lo sienta, lo mira y se baja la cremallera del hábito quedando así en solo la ropa interior.

Él tan solo la mira asombrado y atónito.

Ella se va sentando sobre la gran erección de este pobre hombre, lo besa, lo muerde le masaje su miembro con su propio sexo sobre su ropa.

Quitando cada prenda del cuerpo del hombre, va recitando uno a uno los 10 mandamientos.

Dejándolo desnudo, se retira lo poco que le queda a ella cubriendo sus pechos y su sexo.

Mientras pronuncia sutilmente los 7 sacramentos, pasa sus propias manos por su cuerpo al caminar para llegar donde está él.

En su camino toma una vela y se acerca a él.

Lo acuesta en el púlpito, y ella sube sobre, se penetra con su sexo, lo monta y con cada embestida riega esperma sobre el cuerpo de aquel hombre que solo repite lo que ella recita.

*Perdonalo padre, no sabe lo que hace.* Terminando con un gemido, le dice, *¡castigarme!*

-¡Este la nalgea!

Siguientes embestidas, ella llegando al éxtasis grita, *¡Arrepientete!*

-Dios, me arrepiento de poseer a esta mujer, y perdoname seguiré pecando.

Con cada gota de esperma caliente, la excitación era más grande, con cada nalgada, cada mordida, cada embestida, los cuerpos se hundían en el pecado llamado lujuria.

Un año ya en que dicha monja guía sus oraciones cada domingo al anochecer.

Un año ya en que, cada domingo a media noche llegan los latigazos pidiendo perdón a un pecado recurrente.

Autor: Siham Jousef.

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