Capítulo 7.

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[Steven]

Steve no sabía porque hacía eso, no sabía porque carajos se interesaba en asuntos que no eran suyos, no sabía que mierda tenía en la cabeza para dejar de interesarse en su vida para prestarle atención a otra.

Pero ahí estaba por reiterada ocasión como tonto escuchando cosas que no debería, ya hasta se  parecía a la vieja chismosa del apartamento de al frente.

Escuchó por unos cuarenta minutos regaños y quejas de parte de aquel par, se sentía un poco mal por la situación que ese estudiante estaba pasando.

—¡Hey Steve!.– Saludó Nahele efusivamente. Steve dio un respingón en su lugar por la impresión.

—¡Tonto!, ¿¡Quieres matarme o que!?.– Se quejó él alfa en susurro.

—Te hace daño pasar tanto tiempo conmigo, ya pareces florecita.– Se burló.

—Muy gracioso.– Dijo sarcástico.

—Bien, solo venía a decirte que hay irnos ya mismo, es tarde y no hemos hecho las compras, hay que ir al supermercado, Steven.

—Eres tan necio.– Se quejó el ojiverde.

—Pero así me quieres, así que vamos por favorsito.– El castaño lo tomó de la mano para que el alfa se levantara de la silleta.

Steve observó la mesa en donde estaban los dos omegas, pero estos ya se habian ido, así que decidió en ir con Niall a comprar la despensa.

El alfa condujo por unos quince minutos hasta llegar Waitroses, este era un supermercado tan barato pero si constaban con buenos y excelentes productos.

(....)

Steve tomó el carrito para empezar a echar lo necesario, frutas, verduras, carnes, cereales pastas, juegos, leche, frituras, productos de limpieza, etc.

—Lubricante y condones.– Murmuró Steve para que nadie que estuviera cerca lo escuchara.

—Oh, si, lo había olvidado, pero podemos comprarlo otro día por..

—Estas próximo al celo, en la casa no hay, llevalos.– Pidió Steve siempre en un susurro.

—Mejor pasamos por una farmacia, me da vergüenza comprara eso acá, ya sabes que hacer, lo de siempre.– Sugirió el omega. El ojiverde sólo asintió.

Pasaron por la caja pagando todo los productos obtenidos, Nahele ayudaba a Steve con las bolsas, las subieron al auto y luego se apresuraron a regresar y poder  pasar por una farmacia para compara algunas cosas necesarias.

—Bien, ahora ya tenemos todo.

—¿Como es qué siempre sabes cuando estoy próximo al celo?.– Preguntó el omega.

—Puedo olerte, tu sabes que aunque uses supresores mi olfato esta muy por encima al de los demas alfas, igual y ya me aprendí las fechas– Comentó con suficiencia.

—Por eso siempre estas listo para hacer lo de siempre.– Aseguró Nahele.

—Si, Nahe, por eso siempre estoy listo para acudir a tu ayuda.– Sonrió.

—¡Vez!, ¡por eso es que te quiero alfa testarudo!.– Sonrió el isleño.

Luego de que Nahele decidió dejar de vivir con sus padres, Steve y él decisidieron buscar un apartamento y pagarlo entre ambos, Steve insistió en pagar solo él pero sabía que Nahele era igual de testarudo que él.

—También te quiero, duende teñido.– Sonrió. Nahele solo le dio un pequeño golpe en el hombro.

 

Regresaron a casa a eso de las ocho de la noche, ubicaron todo lo que compraron en sus respectivos lugares, el omega hizo algo ligero de cenar para después ponerse a estudiar.

—Me jode esto de la psicobiología.– Se quejó el castaño.

—Deberías prestar más atención.– Regañó el alfa.

—Si, pero ya no me estés regañando.

El alfa solo sonrió y continuó leyendo su libro.

~*~

Harry y Chin habían llegado al apartamento de Nahele y Steve, era viernes por la noche, todos habían sido invitados a una fiesta de parte de Hanna Topmson.

—Se ven jodidamente bien.– Alegó el omega.

—Tu igual, Huikala, siempre tan irreconocible.– Musitó Harry.

El hrupo de amigos salió de la casa rumbo a la de Hanna, casi todos los de la facultad de ciencias del comportamiento estarían ahí, desde los alumnos que ingresaron ese año, hasta los que ya estaban a punto de egresar.
 

La casa de Hanna era enorme, sus padres tenían un muy buen trabajo, así que, aquella casa era todo un lujo. Desde que Steve, Chin, Harry y Nahele llegaron  fueron inmediata mente el centro de atención de las omegas, betas y uno que otro alfa.

Les ofrecieron tragos, tras tragos, Steve no iba con las intensiones de emborracharse, pero la idea de cierto grupo no era lo mismo.

Habían pasado algunas horas desde que llagaron a la fiesta, ahora todo era cuerpos danzantes, jóvenes descontrolados, otros drogados, todo era un descontrol total.

—Ven Steve, vamos arriba.– le Susurró Hanna.

El alfa avanzó junto a ella, subieron las escaleras con mucha dificultad, de paso se encontró a Nahele siendo sujetado por Chin para que no cayera y Harry, de él no sabía absolutamente nada.

Llegaron a una habitación al final del pasillo, esta era iluminada por una luz muy tenue, ahí había otro ambiente, había música, pero no era nada exagerado...

Hanna le ofreció una bebida al alfa, este la bebió de un sólo trago, su cuerpo comenzó a sentirse extraño de un momento a otro, su cuerpo se sentía liviano y todo parecía mas calmo.

A lo lejos vio a algunos omegas recostados en un sillón, a algunos de ellos los podía reconocer, a otros simplemente no.

01:23 a.m.

Todos estaban demasiado ebrios como para permanecer un momento mas en ese lugar, a regañadientes Nahele pudo hacer que todos se montaran al auto para poder llevarlos a casa, pero como ya era costumbre, siempre regresaban con una que otra omega.

Nahele había tomado pero ahora era el más sobrio en ese grupo, la casa de Chin era la que mas cerca quedaba así que para allá se dirigieron.

El omega estacionó la camioneta y cerró de un portazo, un vez fuera del auto dejó a los alfas con esos omegas dentro del vehículo, si querían bajar, bien, sin no, también.

Steve fue él primero en bajar, subió hasta una de las habitaciones por las escalinatas que habían afuera, dejó al omega sobre el acolchonado, su olor lo estaba matando, podía olfatear la húmedad gotear de entre sus muslos.

Ninguno sabía lo que hacía, solo se dejaban llevar por sus instintos, los extraños tragos que se les había dado en aquella fiesta igual insidia en su comportamiento.

Èl omega que venía con el estaba en días posteriores a su celo, aun podía oler que no tenía mucho de haber finalizado, la parte racional del ojiverde le decía que lo que estaba haciendo podía traerle problemas pero la droga que le fue colocada a su bebida hacia que su lado animal dominara a su lado racional.

Pero ahora lo único que importaba era aliviar el dolor de aquel omega que se retorcía en el acolchonado gracias a que la bebida de hace unas horas habían hecho de su celo pasado un descontrol, porque eso podía pasar, podía un omega entrar en celos por algunas horas cuando algo provocaba que esto sucediera.

Pero a Steve lo único que le importaba en esos Momentos era hacerlo sentir bien.






















Al the love, H× 🌹😏

Mein mürrischer Omega >><< McDanno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora