Mein mürrischer Omega >><< McDanno.

Capítulo 15.

¿Steve,  q-que pasa?.- Gimoteo Danny al sentir el asfixiante olor a miedo inundar el auto.

—Nada, quedate ahí.- Acarició la espalda baja del omega.

Aquél grupo de hombres vestidos con batas de doctor clavaron la jeringuilla en el cuello de los dos alfas. El par de sujetos estaban atacando a unos un perritos callejero y lograron desmembrar a uno.

El hospital psiquiátrico que quedaba en la calle trasera de N.H. University tenía a penas un mes reinaugurado y ya se les había escapado dos de los pacientes mas peligrosos y con fuertes trastornos mentales.

Uno de los médicos dio un par de golpesitos en el cristal del vehículo, los omegas en la parte trasera dieron un respingón de la impresión, Steve observó por unos segundos y se dispuso a bajar un poco el cristal para que el psiquiatra hablara.

—¿Ustedes estan bien?.– Preguntó el señor.

—Lo estamos, solo fue el susto.– Respondió Steve con seriedad.

—Bien, lamento lo sucedido, no volverá a pasar, adiós.– Mencionó y el Alemán solo asintió.

Danny alzó la mirada y a lo lejos vio como se llevaban a un par de hombre con sus ropas machadas de sangre.

—Steve, hay que irnos.– Pidió Nahele desde el asiento trasero.

—¿Aun quieren ir a cenar?.

—Si, pero Kono no se mira muy bien.– Comentó el isleño al ver a la amiga de Danny aun en shock.

—Le servirá ir a distraerse un poco, ella presenció más de lo que nosotros vimos, le haremos olvidar.

—Q-qué pasó? Steve.– Preguntó Danno.

—Nada am... Nada Danno, solo un incidente del hospital psiquiátrico.– Aseguró el ojiverde

—Uh... Bueno.– Susurró.

Media hora después.

Los dos omegas, la beta y el alfa se encontraban en una de las mesas más cercanas al ventanal, ninguno quiso ir a un restaurante de esos ostentosos así que optaron por ir a un McDonald.

—No, eso no es saludable.– Regañó Steve.

—Pero tengo hambre y quiero otra, una de esas que las haces tu y puedes hecharle de todo.– Pidió el omega. El embarazo le daba unos antojos infernales, Steve siempre le cumplía casi todos sus caprichos, ¿Porqué, casi?, bien, él medico le había dicho que tenía que ingerir alimentos sanos.

—Danny, pídeme otra cosa, ¿Quieres un té frio de limón?, una ensalada con....

—Quiero otra hamburguesa, Steven.–Hizo un puchero.- Por favor...

—Esta bien, pero será una sencilla.– Accedió el alfa.

—Ahora veo porque has engordado.– Bromeó Kono un poco mas tranquila que antes.

—¿Gordo? ¿Estoy gordo?.- Preguntó mientras tocaba su torso.

—No.... bueno, solo un poquito, iré por tu hamburguesa.– Se levantó de su silla para ir a por la hamburguesa..

—No, ya no quiero hamburguesas.- El alemán no lo dudó un segundo y se volvió a sentar junto al rubio.

—Danno, no te abstengas a comer lo que desees, aunque miestras todo sea saludable va a estar bien, pero las hamburguesas no entran en esa lista.- Musitó el alfa.