Capítulo 2.

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[Steve]

Habían pasado un par de días desde que las clases había iniciado, todo iba bien, tomaba todas las materias que le eran asignadas, no se había metido en problemas y lo único que trataba de ignorar eran todas las insinuaciones de omegas y algunas betas.

—McGarrett Müller.– Llamó el maestro.

Este se levantó del pupitre, avanzó hasta la mesa donde estaba el maestro y tomó las hojas que le estaba entregando.

—Exelente trabajo.– Felicitó el beta. Steve sólo asintió y regresó a su lugar.

Ya casi había terminado una de las ultimas clases de ese día, solo le faltaba ir a un pequeño workshop de treinta minutos y lo que restaba del Jueves lo tendría libre.

—La clase a terminado, pueden retirase.– Anunció el maestro, todos en el salón salieron tan de prisa que se le hizo imposible a McGarrett no empujar a unos cuantos en su paso.

—Tengo veinte minutos.– Dijo para si mimos antes de caminar rumbo a la cafetería.

No tardó más de cinco minutos y se dispuso a comprar un tè helado para luego regresar al pasillo ocho que guiaba al auditorio. Su vista iba fija en el móvil a causa de un mensaje de su madre y en su otra mano caragaba el recipiente con su bebida.

Le había llamado mucho la atencion que su madre preguntara por su hermana, pues ya hace semanas que no ha podido hablar con Mary y su madre lo sabe; se dispuso a contestar y prestar poco atención por donde caminaba, se suponía que a esa hora no hay nadie por esos lugares.

Bueno, se suponía, ya que segundos después su cuerpo colisionó con alguien mas y todo el contenido de aquel vaso fue derramado en la otra persona y su teléfono calló varios metros lejos de el.

McGarrett tardó unos Segundos en reacciononar pero cuando lo hizo lo siguiente que vio fue a un omega tirado en el piso y con su uniforme manchado de té.

—Disculpame, estaba distraído y no me fije por donde iba.– Se disculpó él alfa mientras ayudaba al omega a ponerse de pies.

—Mi uniforme.– Susurró el rubio muy indignado al ver el desastre en su vestuario. Ni siquiera aceptó las disculpas del alfa.

—Scheiße! Ich bin ein blöder Fick.– [¡Mierda! Soy un estupido]. Maldijo para si mismo. El omega alzó la vista un poco confuso al no entender que diablos había dicho el tonto que estropeó su vestimenta.

—¿Que has dicho?.– Preguntó Indignado.

—Nada.– Habló en alfa, miró la hora en su reloj y luego al omega.– En mi casillero tengo un cambio extra de ropa, no creo que te quede pero es lo que hay.– El acento Alemán era muy prominente aun cuando sólo utilizaban el habla ingles.

—¡Alfa tenía que ser!, y no, gracias, prefiero irme a casa.– Dijo el rubio antes de dar la vuelta para marcharse del lugar.

—Omega albern.– [Omega tonto].  Susurró. Dejó pasar la falta de respeto del omega y siguió su camino hacia el auditorio.


(...)

Eran las siete de la noche, el ojiverde había llegado al hotel muy exhausto, repitió la misma rutina de siempre, saludar a quien estuviera en recepción, subir a su habitación, pedir algo liviano para cenar, hacer sus deberes y luego dormir.

De vez en cuando llamaba a su familia en Alemania para asegurase de que estuvieran bien, sus padre que era el único que vivia en la isla se la pasaban todo el tiempo trabajando, su hermana menor igual se mantenía ocupada, así que, aunque él quisiera llamarlos todos los días para saludarlos, sería complicado y un poco imposible.

Steve siempre tuvo presente en su vida eso de estar sólo, Doris a pesar de querer pasar tiempo con él, su horario laboral no se lo permitía, sí, su madre era una omega muy independiente, eso era gracias a que su familia era de ese tipo que no importaba lo que la sociedad estipulara, ellos dejaban que omega y betas de la familia fuera independiente y tomaran riendas en los asuntos a como un alfa.



Al siguiente día.


—Es sobre psicología de la motivación y emoción, imagino que algo han investigado.– Dijo el alfa para que el resto del grupo escuchara.

—Bueno, si leí gran parte del folleto, pero no lo terminé.– Musitó la omega de orbes azules y cabello rubio.

—El Británico se llevó mi libro, así que no pude leer mucho.– Se excusó Daryl.

—Yo si lo leí.– Aseguró un modesto Harry.

—Para analizar y explicar científicamente la conducta humana resulta necesario comprender el funcionamiento de los denominados procesos psicológicos básicos.– Steve leyó lo que tenía escrito.– Nuestro objetivo consiste en estudiar los factores que inician, mantienen y detienen el comportamiento, resulta de especial interés el análisis de aquellos procesos cognitivos que se distinguen por su marcado carácter activador de la conducta.– Finalizó.

El alfa tenía mucho más escrito en su computadora pero no iba a ponerles todo el trabajo en bandeja de plata a los irresponsables que le asignaron como grupo. 

—La motivación y la emoción.– Anunció Harry Langford el título de lo que él había Investigado–  Si la motivación puede definirse como el proceso psicológico que activa y dirige la conducta de un organismo hacia una meta concreta, la emoción es un proceso psicológico especialmente complejo que influye en nuestra propia conducta… pero también en el comportamiento de otras personas que interpretan nuestras expresiones emocionales.– Concluyó.

Continuaron haciendo el ensayo sobre el tema asignado, McGarrett trataba de controlar sus instintos y no salir de ahí hecho una furia, de los cuatro que estaban en el grupo, solo dos trabajaban, la omega hacía intentos de ayudar y él alfa de nombre Daryl simplemente no colaboró en casi nada.

Estaba frustrado y con ganas de salir corriendo, pero no lo hacía para no ser descortés, daba gracias a que la hora de estudio extra había terminado.

—Hasta luego Steve.– Se despidió Lori, la omega no paró de coquerearle y el simplemente trataba de ignorarla y no ser tan odioso con ella.

—Adiós.– contestó secamente.

Daryl ya se había ido, en aquél lugar solo quedaba el británico y el alemán.

—¿Vienes?.– preguntó él pelinegro.

Steve asintió e inició una caminata con uno de los dos  únicos alfa que le ha caido bien hasta el momento.

Ambos pasaban por los pasillos del segundo piso, conversaban sobre su vocación en las ciencias del comportamiento, todo seguía bien hasta que el moreno divisó al omega tonto que no aceptó sus disculpas, este iba junto a una chica de tez morena.

El alfa continuó en la misma dirección, pasó junto al omega si determinar en él, pero fue hasta ese momento en que sus fosas nasales se inundaron de un exquisito aroma dulzón pero con un toque diferente, nada comparado a los oleres de otros omegas.

—¡Wow!, estoy sin palabras.– Susurró él alfa de cabellos oscuros.

—¿Por?.

—Ese omega, es tan...

—Malcriado, irrespetuoso y maleducado.– interrumpió Steve.

—Bueno, eso si no sé, nunca he hablado con él.– Argumentó Langford.

Aspiró una vez mas pero el aroma del ojiazul ya se había esfumado, olía tan bien, tan dulce, fresco y diferente, su olor era tan embriagante que..... sacudió su cabeza para esfumar y desechar esos absurdos pensamientos y siguió junto a Harry rumbo a lo que era su clase de ciencias del comportamiento.
















All The Love, H× 🌻

Mein mürrischer Omega >><< McDanno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora