ocho

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les dije vieron? soy una women d palabra

—baby, dale baila pa mi —menee para abajo, mauro me miraba mientras mordía su labio. se acercó a mí y sonrió.

—me quedaría todo el día viéndote pero tomas se siente mal.

—¿qué le pasó?

—su novia se fue del país sin decirle nada y no se comunica con él ni nada.

—¿y maira?

—se ve que hacia cornuda a romina con tu amiga. era buena piba igual, me caía bien, pero su viejo tuvo un par de deudas y todos murieron.

—fa boludo, que trágico —mauro asintió. me agarró de la mano y nos acercamos a los sillones, donde tomas estaba fumando un porro.

—ey bro —mauro le palmeo la espalda. tomas tenía los ojos pegados en el piso.— amigo, no me gusta verte así.

—¿cómo querés que este, gordo?

—la mina estaba re loquita, no te merecia. ya fue, no está más.

—gracias a esto —tomas abrió los ojos, como si hubiese dicho algo que no debía. mauro le pegó disimuladamente en la espalda, pero lo vi.

—voy a buscar alguien que me venda unas buenas pasti, ¿queres una, gorda? —me sonroje cuando me dijo así.

—no mau, anda —él asintió y bajó las escaleras del vip.

—vení sol —tomas me agarró de la mano y me llevó a un tipo de ¿balcón? solo que no daba al aire libre. todo estaba solitario y oscuro.

—¿qué hacemos ac... —me interrumpió, dándome un beso. lo empuje, pero él me acorralo contra la pared.

tenía mucha más fuerza que yo, por lo tanto luchara o no, era en vano. me daba besos en el cuello mientras yo le pedía que me soltara. sus manos recorrían todo mi cuerpo y me daba asco.

—¡soltame tomas! —grité. él me ignoraba.

sentí que bajo su jean e intento bajar mi cabeza. hizo tanta fuerza que rendida, me agache. la tenía parada y me daba pena que para excitarse tenga que tocar a alguien sin su consentimiento.
pensé en devolverle esto y morderla.

—ni pienses en morderla, sol —cerré los ojos, enojada.

empujo mi cabeza y lo empuje de nuevo. él, se tropezó hacia atrás, así que aproveche a ir hacia la puerta. corrí por el pasillo y me encontré a mauro. entre lágrimas, lo abracé.

—¡ayúdame! tomas me llevó hasta ahí y.. y —tartamudeé.

—tranquilizate linda, ¿qué paso?

—me empezó a dar besos y tocar sin que yo quisiera mauro, me da asco —lloré. mauro, enojado, se acercó a tomas que recién salía de ese lugar donde estábamos. lo empujó y yo fui hasta ellos.

—¿qué haces, pajero? si tu noviesita te dejo no es mi culpa flaco, no te metas con sol —tomas se rio.

—¿qué tanto la defendes, mauro? decile ahora que estas con ella por su viejo nomas. deciselo así se gasta el boludeo —mauro me miró y yo lo miré. negué con la cabeza y di media vuelta.

—eu no, para —me agarró del brazo y me frenó.— ¿en serio le vas a creer?

—mirame a los ojos y decime que es mentira —me miró y se quedo callado. yo negué con la cabeza mientras limpiaba mis lágrimas.— tendría que haberlo sospechado. personas como vos, como ellos, no saben amar.

baje las escaleras y salí del boliche rápidamente. llamé un taxi y cuando llegué a mi casa, lloré mientras eliminaba nuestras fotos.

me tiré boca abajo y me repetí mentalmente que no me dejaría bajonear por un chabon que me uso. soy mucho para él.
pero dolía, porque creí todas sus mentiras. creí cuando me dijo que me quería.

felicidades mauro, lograste lastimarme.

hija de la yuta » duki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora