hija de la yuta » duki.

diez

hoy era once, cumpliamos nuestro primer mes con mauro y en este preciso momento estoy yendo a su casa.

cuando llegué, toque la puerta y un mauro en cuero me abrió. lo abracé y le di un largo beso. nos acostamos en el sillón y las manos de mauro empezaron a recorrer todo mi cuerpo. todo se terminó cuando abrieron la puerta fuertemente. nos separamos y sorprendidos, miramos al causante. había.. ¿policías?

—mauro lombardo, queda arrestado por asesinato. tiene derecho a permanecer callado, cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra. tiene derecho a una llamada y a un abogado, en tal caso que no tenga dinero para contratar uno privado el estado le suministrara uno gratuito —vi como lo daban vuelta y le ponían las esposas. las lágrimas se derramaban por mis mejillas.

—¡no! ¡no puede ser! ¡se están equivocando! —abracé a mauro y lea, un amigo de mi viejo, me separó. lo miré y seguí llorando.

—calmate sol, cuando se den cuenta que se equivocaron me van a soltar. ¡espérame, por favor! —la puerta se cerró.

se habían llevado a mauro.

[...]

8 meses después.

estire la sábana y me levanté. cepille mis dientes y fui a la cocina de mi nueva casa. hice unas tostadas, quemadisimas, y le puse queso crema. contesté a la llamada de mi papá.

—hola hija, feliz cumpleaños.

—hola, gracias —dije fría.— ¿qué querés, hernán?

—soy tu papá, no me digas así.

—dejaste de ser mi papá cuando mentiste e hiciste que arrestaran a mauro por algo que no hizo. encima diste la orden de arrestamiento en nuestro primer mes.

—te dije que él no era para vos y no me quedo otra opción sol, tenés que entenderlo, ya tenés diecinueve años.

—exactamente. tengo diecinueve años y tengo la libertad de elegir con quien estar y quien no.

—tenés toda la razón, pero no te llamaba para discutir. te tengo una sorpresa.

—no la quiero —corté y tiré celular sobre la mesa, enojada.

probablemente me tachen de exagerada, pero tuve la oportunidad de tener a mi lado a mauro ocho meses, de los cuales uno salimos. sin dudas, fue lo mejor que me pasó. él es un gran compañero en todo sentido.

lave los platos y me cambié. tenía que ir al ginecólogo, estaba en mis fechas.

la puerta sonó y la abrí. me quedé quieta, impactada.

—feliz cumpleaños —él sonreía hasta que su mirada bajó a mi panza. me miro, confundido.

y ahí, sentí un líquido por mis piernas. rompí fuente.