En sus ojos esta la Luna

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Vale la pena mencionar que son las 4am y no puedo encontrar la forma de dormir, me muevo de un lado a otro, me destapo y vuelvo a cobijar bajo las sábanas. Sin embargo este “tormento” comenzó a medianoche. Exactamente cuando cierta personita pensó que todos los demás ya deberían estar profundamente dormidos.

Cuando cruzamos el umbral de mi habitación, se portó correctamente. Se dispuso a colocarse la pijama sin sus insinuaciones. Supuse que comprendió que como éramos “visita” en la casa de mis abuelos, no era bueno perturbarles el sueño. Después de ello, me calmé y también me alisté para dormir.

No mentiré, me agradó demasiado el que ella y yo estemos esta noche en la misma cama. Hasta me reí un poco de la suerte que tenia, ya que si mi madre supiese que somos novias, supongo que en el caso de aceptar mi relación, me diría para dormir en cuartos separados. Como les obligó a Joaquín y Andrea juju… nosotras en cambio, muy, muy pegadas. Era como estar en casa, le podía dar todos los besos que quisiera.

Ya sabiendo que mi amor termina por caerse de la cama, solía aferrarse a mi cintura y descansar su cabeza en mi pecho. Todo iba perfecto hasta las 11:59 pm. Ni me despertaba con sus movimientos. Es en ese preciso instante donde el reloj nos da la bienvenida a otro día, mi comunicadora me sacudió para abrir los ojos.

Ehh… como, ¿Qué? – Entreabrí mi vista, deseando regresar a los brazos de Morfeo nuevamente – sí, cuando… ahhh

Juju…Mía… ya no escucho ruido – Me sobaba la vista, y ponía todo mi esfuerzo en comprenderla – sabes que significa…. – Insinuaba algo con su voz.

¿Como?, ahhh ¿que pasa?, vamos a dormir Cris – Me doy media vuelta, y cierro los ojos, buscando volver al sueño que tenia hasta hace un rato – Hasta mañana.

Como descubrí después, Cris no se da por vencida tan fácilmente, y si era necesario que me despierte, recurriría a cualquiera de sus estrategias, podía ser suave, podía ser doloroso, podía ser inesperado.

Mía… uhm… pero yo quiero jugar contigo; no ves que he estado tranquilita hasta ahora, he calculado y tenemos un par de horas para… uhm ya sabes que, y nadie despertará – Se acercó a mi espalda, frotando su pecho contra mi – Vamos Mía, se que en el fondo también quieres esto, el sueño no te puede ganar teniéndome a mi, a tu lado.- Se ríe provocadoramente, mientras yo escuchaba la mitad de todo lo que decía.

 No hubo respuesta por mi parte.

Bien, así lo quieres, genial… ve a dormir, yo no tengo sueño, BUSCARÉ a alguien mas interesante – Siento como el movimiento de la cama aumenta, y creo que se fue al escuchar la puerta de mi habitación cerrarse despacio. - Jum

Si Cris tenia ganas de pasear a medianoche por toda la casa, pues es cosa de ella; me encanta, la adoro pero quiero dormir.

Me aferro a mi almohada y sonrió al pensar que hará esta niña, no me preocupa mucho su amenaza de buscarse a alguien, total dudo que se anime a salir de la casa… a esta hora no hay gente, uhm… estamos en un pueblito lejos de la ciudad; no, no pasara nada. Volverá dentro de un rato, cuando se deje de ser tan caprichosa.

*** ***

¿Por qué? … ¿Por qué? - Miraba el techo, maldiciendo el porque no soy capaz de dormir tranquila hasta que ella este aquí – Me duró poco todo lo que decidí quedarme en la cama – Bien, quieres jugar, ok.

Cerré la puerta de mi cuarto, estirándome un poco, y evitando los sonoros bostezos, no era momento de despertar a mi familia para contarles que mi novia se molesto porque no quise acostarme con ella.

Relatos de Cristal: EpilogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora