Sin Razón

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Te vas a recuperar pronto, tonta – no creo me escuche, sin embargo intentare que despierte – te necesito conmigo amor, te amo demasiado

Uhm…  será mejor que me vaya – lamentablemente no estaba sola en la habitación – espero haberte ayudado.

No, espera. – Me aproximo a Ingrid, y me nace darle mi mejor sonrisa – Muchísimas gracias, lo que has hecho por mí es genial – tome sus manos con las mías, y se sonrojo ligeramente.

No hay problema Cris… mi trabajo es ayudar a las personas – Se suelta, y mueve su cabeza como negando sus pensamientos – mmm debo irme, cuídate. Y… suerte con tu, con ella.

Si, gracias. Seguramente nos veremos nuevamente. Estaré aquí mientras ella siga en emergencias – la despido antes que cierre la puerta – Bye

Un susurro en mi oído derecho me crispa la piel

Falto el beso de despedida “muack” – Yael pretendía seguir molestándome – No lo tomes a mal pero mi radar me indica que la doctorcita es de las nuestras jejeje

¡Qué-..que haces! – Retrocedo – en tu cabeza retorcida lo único que se forma son ideas raras, y no es culpa del golpe que te has dado – Señalo sus vendas alrededor de la nuca – desde antes ya estabas completamente loca.

Vamos, yo solo he dicho lo que parece – Se pasea por el cuarto silbando “tu ru ru ru” hasta que se sienta al costado de Mía - ¿acaso no lo notaste? Aunque no se qué te ven las chicas como ella, o como Mía mm – Se coge el mentón para añadir – misterio sin resolver.

En vez de ponerme a gruñir como haría usualmente; la mire intrigada, lo mismo me había dicho hace un mes Karla - ¿a qué te refieres? – Era pura curiosidad - ¿no deberían fijarse en mi?

Jajaja… uy choque con la egocéntrica Cris, bien, como estoy de buen humor después de un accidente y es navidad – levante mi ceja, me empezaba a irritar – te respondo pero tú me das algo a cambio. ¿Aceptas?

No – Me cruce de brazos, tampoco me moría de ganas por saber eso.

No sabía que eras cobarde jujuju – Sip, era tan fácil picarme – ok, lo dejo. Me iré a mi amplia “habitación” a descansar.

Se que a propósito camine lentamente hacia la puerta, esperando que la detenga. No caeré en provocaciones, no es mi ego, no es nada.

No soy cobarde. Dime qué quieres – Sigo cruzada de brazos – y quita la sonrisita de victoria de tu cara, no es que me interese… solo, en fin ¿Qué es?

Jijiji ok, ok. – Responde Yael.

¿Por qué me mira con ese brillo en los ojos?

¿Estas enferma? O caíste flechada por mi belleza? – No estoy segura si reír o preocuparme, ¿tan fuerte fue el choque? ¿Le habrían hecho una tomografía?...digo, para comprobar realmente que no se le zafara una conexión importante  - Comienza a molestarme tu mueca de pervertida.

Ey Cris – su voz se desliza como el silbido de una serpiente a punto de echar su veneno.

Dime – le respondo sin mucho animo

¡Feliz navidad! – Sostiene sobre nuestras cabezas un muérdago – ya sabes lo que se debe hacer ¿no?

Comprobado… Tu última neurona murió. – Observo ese pequeño racimo y claro que no iba a darle un beso a la tipa que se la pasa encima de mi chica – uhm feliz navidad, ya, ya, baja eso – la agarre de su muñeca – ni lo intentes – se aproximo a mis labios.

Jajaja ok…bah que poco aguante tienes Cris – Se va donde Mía, y le da un beso en la mejilla – Feliz Navidad.

Se escucha fuegos artificiales por toda la calle, cada vez mas fuerte los ruidos, la gente pasa deseando feliz navidad, incluso entraron varias enfermeras y doctores a saludarnos. Aunque después que veían a Mía conectada a esas maquinas para que le ayuden a respirar, como que eran menos efusivos con sus saludos.

Relatos de Cristal: EpilogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora