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Segundo Recuerdo

-Aquí tiene su café americano, apuesto alfa.- Me guiñó un ojo mientras colocaba la taza humeante sobre la pequeña mesa circular de madera. Levanté la mirada de mi celular y reí mostrando mis encías para él.

Se había vuelto nuestra costumbre pasar tiempo juntos de esta manera. Debido a nuestros exhaustivos horarios tanto de escuela como trabajo, tuvimos que encontrar la manera de compartir nuestro tiempo y a decir verdad ninguno de los dos tenía razones para quejarse, incluso nuestros lobos se mantenían en calma al saber que su pareja se encontraba en el mismo espacio. Nuestros olores se reconocían mutuamente y se reclamaban como suyos dentro de tanta multitud, arrancándonos suspiros suaves y acompasados de vez en cuando.

- Oh, no se hubiera molestado. ¿Cómo se supone que pagaré por esto? He olvidado mi cartera, dulce omega. -Bromeé de manera coqueta, ganándome una tímida sonrisa y encogimiento de hombros.

-Quizá usted pueda pasar en la mañana a tomar el desayuno conmigo antes de ir a la escuela.- Respondió inclinándose para dejar un pequeño beso sobre mis cabellos.

-Suena muy tentador. ¿Habrá mas de esos? -Levanté mis labios exigiendo que fuesen atendidos por los de mi pareja, recibiendo un pico de apenas un segundo, suficiente tiempo para recargarme de energías y sentirme capaz de vencer hasta al alfa más despiadado de ser necesario. ¿Quién necesita cafeína cuando se tiene a Jimin en su vida?

-Todos los que desees.- Concluyó el jugueteo con un suave roce en mi mejilla derecha producido por su pequeña mano izquierda.- Le he puesto una carga extra, tienes examen mañana ¿no es así? La necesitarás si quieres estudiar hasta tarde. -Me sonrió de tal manera que incluso las estrellas se sintieron intimidadas al ser testigos de la belleza y carisma de mi novio.

-Gracias, Minnie. Eres el mejor.- Dije y no había ni un solo rastro de mentira en mis palabras. Su mera existencia era tan magnífica para mi que incluso pude haberle vuelto mi religión.

-Esfuérzate mucho, Yoongi. -Asintió con su cabeza, transmitiéndome sus energías para continuar estudiando. - Avísame si quieres el refil de tu bebida, lobito. Debo volver al trabajo.- Dijo tomando la bandeja plateada que usaba para transportar las bebidas y caminó de nuevo hacia la cocina, no sin antes hacer un corazón con su dedo índice y pulgar y colocarlo a la altura de su rostro mientras una cálida sonrisa -tan cálida que el café recién servido se sentía frío- era dedicada hacia mi.

Y así regresé la vista a mi celular, buscando algún libro digital que me sirviera para la misión de esta noche mientras que con mi mano libre tomaba del el asa a la porcelana blanca y llevaba el borde a mis labios para dar un trago, saboreando e identificando el café y su preparación.

Ahí fue cuando me percaté que yo nunca había mencionado delante de Jimin la manera en la que gustaba de la bebida, la temperatura, el sabor, el color, el tiempo que tardó en la cafetera, todo era exactamente tal cuál yo le prefería.

Sonreí mientras un zoológico entero atacaba mis entrañas y me hacía querer tirarme al suelo y patalear al no poder con tan semejante sentimiento. La felicidad que sentí en ese momento fue la causa para caer más por ese hombre.

Me encontraba sentado en uno de los bancos de madera que tenían la estatura perfecta para alcanzar el pretil, dándome la facilidad de colocar mis codos sobre él.
Di un sorbo largo al líquido de color casi negro que se encontraba en mi taza y sin tomarme la molestia de saborearle si quiera -pues ¿de qué serviría?- me lo tragué.

Han pasado un par de semanas en las que me es difícil conciliar el sueño por más de tres horas seguidas, poco a poco van quedando estragos en mi rostro y aunque la acción que continuo realizando cada mañana al rellenar mi taza es de poca ayuda para descansar, añoro con lo poco que queda de mi que la cafetera mágicamente me ofrezca el sabor que mi precioso omega solía entregarme todas las mañanas antes de partir.

Sin embargo, incluso si son seguidas al pie de la letra las diferentes recetas y maneras de prepararlo... continua y continuará teniendo un sabor parecido a la soledad.