El Gato de Jimin

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Respiré pesado, mi garganta reseca me impedía hacerlo con regularidad. Mis párpados pesaban pues habían pasado quizá unas setenta y dos horas sin dormir correctamente, descansando apenas en pestañeos y siéndome interrumpido por mis pensamientos. Me encontraba tirado en mi cama sin energías ni ánimos para mover un sólo centímetro de mi cuerpo, contemplaba el techo, el cuál, por alguna razón se había convertido en la cosa más interesante que podía ver.

Cerré mis ojos, dándole rienda suelta a mis pensamientos. Un fuerte y desgarrador latido cruzó por mi pecho y me hizo retorcer del dolor. Mi lobo apenas se movía y el dolor sólo le hacía sobre encogerse más en su lugar. Estaba asustado, yo también lo estaba.

Pensé en el trabajo que hace algunos días había dejado, pensé en mi jefe que a pesar de todo se mostró comprensible y amable, pensé en el gran líder que era. Pensé que su familia era dichosa de tenerle, que la empresa era bendecida por como dirigía y que todos los que llegasen a ser sus trabajadores se veían inspirados por él a seguir sus pasos, incluyéndome.

Inhalé hondo, rescantando el poco aire fresco que se colaba por mi ventana media abierta, intentando mantener la compostura. Me llevé la mano al pecho e hice suaves caricias con mis dedos imaginando que era otra persona quién las proporcionaba, apreté mis parpados y supliqué por qué parara pronto.

Volví a distraerme nuevamente con algún pensamiento, vagando aleatoreamente mi cerebro se detuvo en el rostro de mis mejores amigos. Esa grupo de cinco personas que habían llegado a mi vida en el momento indicado, rememoré todas las ocasiones que pasé junto a ellos. Pensé en los exámenes que Namjoon nos dejó copiar, su amabilidad y paciencia siempre fue de admirar, siempre honesto pero a la vez con tacto, le era imposible decir que no a muchas cosas y se metió en situaciones incomódas debido a eso. Tenía madera para ser el líder de lo que él quisiera, deportes, ciencias, arte, era más cerebro que persona.

Pensé en la bonita sonrisa de Hoseok que se mantenía a la vista incluso en los peores momentos, en como sus caras graciosas siempre animaban cualquier situación. Pensé en su compañerismo y su espíritu aventurero, sobre todo recordé las múltiples veces que enfadado llegaba a su casa y sin decir palabra alguna dejaba que me tumbara boca abajo en su sillón y pasara la noche en él. Recordé sus consejos y su calidez al hablar.

Nuevamente sentí el ardiente dolor en mi pecho y adopté una posición fetal, abrazando mis rodillas y escondiendo el rostro en una de las mullidas almohadas que descansaban en la cabecera de la cama. Callé y ahogué mis gritos pues no quería alertar a los vecinos.

Las veces en las que Seokjin se preocupó por nosotros e incluso nos cuidó, inundaron mis pensamientos. Le ví con un delantar y un cucharon preparando caldo cuando enfermé de gripe, le ví manejar lo más rápido que pudo, cruzando toda la ciudad, cuando Jimin se lesionó un tobillo en las prácticas de baile y le pedí de favor llevarme a recogerlo y después pasarnos al hospital. Le ví apoyando a Namjoon durante un partido de baloncesto, le vi repitiéndole una y otra vez a los menores que se mantuvieran lejos de los problemas, le vi regañar a Hoseok cuando rechazó de manera desinteresada a una omega un par de años menor que él. Pero sobre todo le vi feliz de pertenecer a nuestro círculo, le vi sonreír y bromear tantas veces que de un momento a otro, dejamos de invitarle a pasar el tiempo juntos por Namjoon y comenzamos a hacerlo por placer propio.

Respiré pesado, se volvía difícil pasar aire.

La primer lágrima de la tarde resbaló por mi mejilla y para ese punto ya no sabía que dolía. No tenía idea de porque ardía con tanta enjundia ni porque no dejaba de atormentarme.

Pensé en como Jungkook y Taehyung eran inseparables, claro ejemplo de que omega y alfa podían ser amigos sin otras intensiones de por medio. Recordé sus travesuras y sus risas cuando salían ilesos de ellas. La sonrisa cuadrada de uno y los dientes de conejo del otro. Recordé las veces que fueron intrusos en mi departamento sin consultarlo y todo el desastre que provocaban en mi sala al jugar videojuegos y comer al mismo tiempo. Recordé todas las veces que me vi "obligado" a pagar sus caprichos y como corrían a abrazarme cuando les demostraba la más mínima muestra de cariño.

I don't like cats ‹ ✨ Yoonmin ✨ › ×Omegaverse×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora