Capítulo 5

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— ¡AH!— Un asustado Baekhyun acababa de despertar. Como casi todos los días, despertaba luego de una horrible pesadilla donde soñaba como Kyungsoo trataba de sacar a su bebé del vientre, a veces a rasguños, a veces a patadas.

Había pasado casi un mes desde la vez en que decidiera no regresar al trabajo. Pese las insistencias de sus jefes, compañeros de trabajo e incluso su propio esposo, la decisión estaba hecha, al menos hasta que nazca el bebé Baekhyun se había jurado no volver a poner un pie en la cabina de radio. Con dificultad bajó de la cama y se dirigió hacia el baño, ver su reflejo en el espejo no ayudaba en nada, sus ojeras eran testimonio de infinitas horas en las que, para no preocupar a su esposo, fingía dormir, era obvio que había descuidado bastante su aspecto. Pero hoy sería diferente, hoy por fin volvería a sentir los rayos de sol sobre su piel.

Con latente alegría, Baekhyun tomó una rápida ducha y se vistió con lo que encontró a la mano. Cuando hubo terminado salió en dirección hacia el café donde tendría su cita. El sol parecía volver a salir y brillar solamente para él, la gente nunca le pareció mas hermosa que en ese momento y se preguntó: "¿Cómo había cambiado todo eso por tener un bebé? ¿Acaso el amor que sentía por su esposo lo había segado tanto? ¿Estaba tan enamorado como para poner en riesgo su propia vida para darle aquello que siempre había soñado?" Ver a parejas que paseaban alegremente empujando el clásico carrito de bebé, fue fatal para él. Poco a poco un sentimiento hasta ahora nuevo se hizo presente en él: el asco. Sintió asco de aquellas parejas, asco del carrito que empujaban, pero sobre todo asco hacia los bebés.

Un irritante pitido lo devolvió a la realidad— ¡Oye idiota! Fíjate por donde caminas.

Desorientado camino hacia una de las banquetas y se sentó pesadamente, su vientre que ya se hacia más y más evidente no le permitía ver más allá que una enorme montaña de carne. Quiso arrancarse la piel, tomar al bebé y arrojarlo lejos de él, la idea que antes le parecía maravilloso, la idea de que algo crecía en su interior, ahora le parecía horripilante. Se imaginó siendo devorado vivo por un montón de gusanos internos que viajaban a través de sus intestinos y cómo mientras los minutos pasaban él se convertía más en un legajo humano.

El sonido de su móvil en el bolsillo lo distrajo de sus pensamientos:

— ¿Hola?

— ¡Hey Baekhyun! ¿Vendrás o no?

— Eh... Sí, sí.

— ¿Dónde estás?

— No encuentro un lugar en el estacionamiento— mintió— disculpa. Ya llego.

Sacudió su cabeza y emprendió nuevamente la caminata. Luego de unos cuantos minutos llegó al fin al lugar acordado, pero por mucho que buscó entre aquellos rostros sonrientes no pudo ver a nadie conocido.

— ¡Baekhyun! ¡Por aquí!— Luhan hizo señas para que Baek lo reconociera, éste en cuanto lo vio, comenzó a acercarse lentamente— ¡Rayos! Te ves...

— ¡Horrible! ¡No me repitas lo obvio!

— No pensé en decir eso. Te ves diferente, solo... diferente.

Baekhyun se desplomó pesadamente sobre una de las sillas disponibles, mientras Luhan lo miraba al detalle:

— ¿Vas a mirarme así el resto de la mañana o qué?

— No. No, disculpa— Luhan se sentó en la silla disponible frente a su amigo— Y... ¿Qué se siente?—preguntó entusiasmado.

— ¡Luhan, para con eso! No sabes lo molesto que es escuchar eso— comenzó a dar manotazos a la mesa— ¡¿Qué se siente?! ¡¿Cómo paso?! ¡¿Te duele?!

Lo que acecha por la ventana [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora