Capítulo 11

380 30 14
                                    

¡Hola papi! Sé que supiste de mi existencia hace unos cuantos meses, estuve muy escondidita en la pancita de daddy y un poco preocupada de como él reaccionaria, me esforcé muchísimo en no causar problema alguno pero ¡Ups! Un día daddy comió demasiado tocino y no pude aguantar más, es así como sospecharon y una brillante mañana de sábado el doctor les dio la noticia. ¿Recuerdas lo feliz que te pusiste, papi? Abrazaste con tanta fuerza a daddy que mi casita quedo completamente apachurrada, yo no lo sabía en ese entonces pero mi corazoncito estalló de felicidad cuando sentí el amor con el cual había sido esperada.

Me prometí que no causaría ni la más pequeña molestia ni a daddy ni a ti a partir de ese momento pero, no pude cumplir mi promesa, lo siento mucho. Cada día era una nueva aventura para mí, estiraba mi cuerpecito y flotaba dentro de mi bolsita, amaba la forma en que tú nos despertabas; las flores que nos traías, el riquísimo desayuno que nos dejabas antes de salir vestido como todo un galán y el beso que siempre dejabas en mi casita. No le digas a daddy pero él siempre te seguía con la mirada a través de la ventana hasta que tu casita con ruedas desaparecía, él se quedaba viendo una fotografía tuya mientras comíamos y yo, yo no podía ser más feliz, ¡Mi papi es el príncipe más hermoso de todo el universo!

Luego de desayunar daddy ponía hermosa música para los dos mientras, presuroso y contento, tomaba un baño y se vestía: An Der Shonen Blauen, Geschichten Aus Dem, Wiener y Blut, Delirien Walzer, son solo algunas de las piezas que ahora recuerdo pero de todas mi favorita es "Voix du Printemps", los gustos de daddy son exquisitos, creo que heredaré eso de él, amaba cada pieza que escuchaba, amaba el programa musical que conducía y sobre todo, amaba la forma en la que él y tú me cantaban.

Poco a poco fui creciendo más, un día descubrí mis manitas, otro mis piecitos y ya no quise esperar más, quería salir lo más pronto posible y así poder abrazar a daddy y a ti. Pateaba mi casita en busca de alguna puerta que me permitiera salir y sorprenderlos, ¿Sentiste alguna vez mis piecitos cuando ponías tu mano sobre la pancita de daddy? Si, esa era yo. No imaginé que con todo eso, molestaría a daddy, la ropa que antes solía vestir ya no le quedaba, tampoco podía usar los zapatos de antes, tuvo que hacer algunos cambios y a pesar de que le ayudaste a encontrar prendas nuevas, él no estaba muy animado, pero bueno, sé que cuando salga, él podrá usar nuevamente lo que tanto le gustaba.

También sentí como mi casita se encogía, a veces siento que va a explotar en cualquier momento, me siento como un pez grande en un tanque pequeño, seguramente es culpa de los arrancones de helado que algunas veces disfrutábamos, o de las mañanas de cupcakes, o de las tardes de galletas, o de las exquisitas noches de pizza, como fuese un día a daddy le comenzó a doler la espalda, los pies, las manos, el pecho, la cabeza, todo, todo el cuerpo. ¡Papi, muchísimas gracias por llevarnos todos los días al spa! Los masajes que recibimos a partir de ese día lograron que daddy pueda descansar tranquilo por las noches y que yo me sienta muchísimo más cómoda.

Todo esto te lo cuento ahora porque últimamente siento que daddy llora mucho, algo le molesta y no entiendo que es. Al principio creí que se sentía cansado o adolorido y que unas cuantas siestas lo arreglarían todo pero no fue así. Dejamos de ir al programa de radio, al spa, a pasear con mi tío Luhan y un día, daddy ya ni siquiera se asomaba a la ventana para verte ir. Mientras tú dormías, daddy bajaba hacia la puerta principal y se sentaba en la entrada, parecía esperar algo, hacia muchísimo frio y tenia sueño pero por más que esperáramos toda la noche, ese algo, nunca aparecía.

Daddy se pasa la mañana entera durmiendo, trato de animarlo saltando y dando pataditas en su pancita pero parece estar muy, muy cansado. Ya ni siquiera comemos como antes, es decir, siento que la comidita que llega a mi o tiene un sabor salado y triste o daddy los regurgita y no llego a probar bocado. Estamos todas las tardes disfrutando del sol que llega hasta la cama y amo la sensación tan cálida del momento, pero es eso y nada más, solo el calor del sol, nada de canciones, nada de caricias de daddy, nada de palabras bonitas, solo los dos en silencio y el calorcito del sol.

Lo que acecha por la ventana [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora