Capítulo 17

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Rodeado de los fuertes brazos de su esposo, Baekhyun miraba fijamente el reloj en la mesa de noche esperando a que los minutos no pasaran, a que por arte de magia el tiempo se detuviera y que de esa forma, nunca llegue el momento de despedirse de su bebé. Sin embargo por mucho que lo deseo, el amanecer se hizo presente poco a poco, los rayos de sol penetraban débilmente las cortinas de la habitación, alumbrando todo a su alrededor y con ello despertando a Chanyeol. Presuroso y sin pronunciar palabra, éste se levantó, tomó una ducha rápida y en contados segundos lucia un impecable traje de negocios, una vez preparado se sentó frente a quien aún recostado en la cama, había observado toda su rutina en silencio, acarició ese cansado rostro y sonrió suavemente:

— Mi amor, cuando...

— Buenos días Baek, ¿Como prefieres tu fruta?— la exasperante interrupción matutina de Luhan cargando la bandeja de comida se hizo presente.

— ¡¿Es que no puedes tocar antes de entrar?!

— No...— Luhan sonrió sarcásticamente y sentándose prácticamente sobre las rodillas de Chanyeol, le dio la espalda e ignoró por completo esa penetrante mirada de odio— ¿Cómo prefieres tu fruta, Baek?

— ¡Quítate!— enojado se levantó, sacudió su pantalones y lanzó un profundo suspiro tratando de controlar las infinitas ganas que tenia de romperle la cara al mejor amigo de su esposo— Baekhyun...— dirigió la mirada al silencioso espectador— procura llegar lo más pronto posible. Haré todas las gestiones necesarias para que los doctores estén aguardando tu llegada a las 11:00 am. Por favor, se puntual.

Baekhyun quiso responder pero apenas abrió la boca, Luhan depositó un pedazo de durazno en ésta, obligándolo a comer mientras veía como su esposo, enojado, salía de la habitación:

— Nunca entendí porqué tenias que escogerlo. Ya sé... Ya sé... "Él es especial"— dijo en tono romántico, mientras acercaba a los labios de Baekhyun el vaso de jugo natural— El solo verlo me produce malestar y ganas de vomitar, hay algo en él que no me gusta para nada. Nunca me gustó y nunca me va a gustar.

— No tiene que gustarte...— respondió débilmente— es mi esposo, no el tuyo.

Cual amorosa abuela alimentando a su nieto, Luhan cortó toda la fruta y panecillos en trozos para luego con ayuda de un pequeño tenedor depositarlos uno a uno en la boca de su amigo. Cuando terminó de desayunar, Baekhyun intentó volver a dormir pero fue detenido, sin ánimo de levantarse fue obligado a tomar una ligera ducha y a vestir ropa de gestante por última vez. Cerca de las 10:00 am, Baekhyun ya se encontraba listo, parado frente al balcón de la habitación, esperaba ver la llegada del taxi que Luhan había contactado minutos antes, sin embargo sintió un terrible escalofrió cuando observó como un porsche color negro se acercaba a la entrada de la casa. Tragó saliva y se inclinó un poco para ver al conductor sin embargo no pudo visualizar nada, sacudió su cabeza e intentó no recordar la escena del supermercado cuando escuchó como tocaban la puerta:

— Luhan, Lu...Lu...—quiso advertirle a quien se encontraba en el piso inferior cuando escuchó como éste abría la puerta. Aterrado y con las manos temblorosas, cerró la puerta de la habitación y se escondió en el baño.

Baekhyun sabia lo irracional de su actuar, sabía que no había forma de reconocer al porsche que meses antes lo perseguía, sabia la cantidad de vehículos así, sabía que no era posible que ese tipo lo encontrara después de tanto tiempo, pero a pesar de todo esto, su corazón no dejaba de dar sobresaltos y señales de alerta.

— Baek... Baek...— llamaba Luhan tocando la puerta— Baek...—tocó más fuerte— ábreme... ¡Baekhyun!— comenzó a desesperarse y dado que la paciencia no era una de sus virtudes, propino un par de patadas hasta que la habitación quedo abierta— ¿Baekhyun? ¡¿Dónde estás?!

Lo que acecha por la ventana [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora