۞Mundos Entre Cristales۞ (EunBin)

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MJ nos dijo que estábamos a cuatro cuadas de llegar al lugar y nos entregó unos auriculares para comunicarnos fácilmente entre todos. Vi a mi alrededor y aunque la zona era rural y las casas más cercanas estaban a un kilómetro desde este punto, era seguro que alguien escucharía los estruendos que se harían al llegar.

Aitor dio la orden de que al llegar rodeáramos por completo el lugar lo más rápido posible.

En cuanto llegamos al punto que indicaba el rastreador, vimos un hotel vacío, que aunque no estaba en ruinas, tampoco estaba en perfectas condiciones. Inmediatamente espere que salieran hombres o mujeres, pero no había ni un alma afuera.

Tal y como pidió Aitor, todos rodearon el hotel formando una especie de circulo. Comenzaron a bajar apresuradamente, algunos se detuvieron frente a las camionetas, otros se resguardaban detrás de sus puertas y unos pocos más estaban en la caja de las camionetas que la tenían, apuntando directo a la parte más alta del hotel, en espera de que alguien apareciera. Yo era parte de los que se encontraban detrás de una de las puertas al igual que EunWoo. Los que estaban más al frente comenzaron a avanzar despacio y de la nada uno de ellos se quejó. Le acababan de disparar a un costado, fue ahí que agradecí que todos trajéramos el traje debajo de la ropa, este hacía que no tuviéramos demasiado calor y que los disparos no atravesaran la piel. Como nadie vio de dónde provenía el disparo exactamente, no podían abrir fuego solo porque sí. Siguieron avanzando y esta vez otro se desplomo de pronto sobre la tierra.

—Está en una de las habitaciones –escuche la voz de una chica por el auricular-, vi su silueta pero desde el punto en el que estoy no puedo disparar sin fallar. Haneul, desde el punto que estas puedes lograrlo, apunta a la segunda ventana del lado derecho en el piso 4, él está justo en medio.

—Entendido –contesto Haneul.

Se escuchó un disparo y vimos claramente como alguien cayo hacía adelante, como estaba entre las sombras era difícil notarlo pero al caer una luz tenue hizo que lo distinguiéramos.

—Bin, EunWoo –era la voz de Aitor-, vayan al frente junto al resto.

—Entendido –dijimos al mismo tiempo.

Llegamos a la altura del resto, y una nueva orden nos llegó.

—Todos los que están en la posición uno –de nuevo era Aitor, hablándonos a los que estábamos al frente de todos-, cuando les de la señal corran rápidamente a la parte interior o a este paso jamás llegaran. –Esperamos pacientemente, sin movernos, con la esperanza de que nadie disparara antes de entrar- Chicos... ¡Ahora!

Y corrimos como quizá nunca lo habíamos hecho, la vida de Emerald, Brondum, Edward y la de nosotros dependía de que lográramos entrar a salvo y llegar hasta donde sea que estuvieran ellos. El sonido de disparos y flechas siendo lanzadas, se escucharon a nuestras espaldas.

—Salieron –decía JinJin-, están en la azotea, en el penúltimo piso, en el décimo y el cuarto.

Logramos llegar al interior sin problemas, sin heridas ni nada. Todos levantamos nuestras armas en espera de que alguien apareciera. Caminamos sigilosamente, revisando cuidadosamente todo. El interior no estaba del todo sucio pero daba la clara imagen que había dejado de funcionar hace un tiempo considerable. Al ver que no había nadie en el primer piso avanzamos al segundo, no había nadie tampoco; llegamos al tercero, estaba igual de vació; y por fin llegamos al cuarto, donde ya sabíamos que sería seguro encontrarnos con alguien. Los primeros en pasar fueron Rocky, Paidí, Jong Min, Jun Hyun y Elisama. Dos chicos salieron de diferentes habitaciones y antes de que pudieran hacerles daño Rocky les disparo justo en frente. No fue una imagen bonita de ver, tampoco estaba feliz de que sucediera esto, pero al parecer era lo único que se podía hacer.

Rocky, EunWoo, Elisama, y 60 personas más, aproximadamente, subimos a los siguientes pisos, quedándose 4 o 5 personas en cada uno a partir del cuarto para intentar evitar que quienes estuvieran en nuestra contra y quisieran subir, lo lograran.

Al llegar al décimo piso, y quedando ahora casi 30, aproximadamente, alguien disparo desde dentro de una de las habitaciones finales, dándole justo en la nuca a cinco de nuestros compañeros, EunWoo apunto hacia esa habitación y al disparar paso entre la rendijilla, dando justo en el blanco. Aparecieron de la nada más personas, cinco hombres y tres mujeres. La mayoría subimos al siguiente piso, dejando a seis contra ellos.

—¿En dónde diablos esconden a nuestros compañeros? –dijo EunWoo con molestia.

—Ya vamos en el piso once y no hay nada más que compinches –contesto Rocky.

Íbamos tres pisos más arriba, y ahora nuestro número se redujo a once personas. Cuando pensábamos que, tal vez, ya no habría más por parte de Najash en estos pisos, salieron de la nada cuatro más, parece una cantidad pequeña contra once de nosotros, pero estos parecían mejores que los anteriores. Aunque todos teníamos armas, ninguno daba en el blanco para eliminarlos, sino que solo les daban roces.

Uno de ellos era muy alto, otro más musculoso, otro tenía cara de maniático y el ultimo era bajito pero parecía el más peligroso.

—Moon Bin y Dong Min –dijo el más bajo de ellos-, los tenemos aquí al fin.

—No se acerquen más –dijo Elisama, poniéndose como una barrera entre Najash y nosotros, seguido hizo lo mismo Sayuri, Rocky y Hanako.

—No nos protejan –dije-, podemos hacerles frente también.

—Protegemos a quienes tengan más peligro –contesto Sayuri-, y ustedes son los más arriesgados ahora.

Quería contestarle que nosotros no éramos tan preciados como ellos creían, que eran ellos quienes corrían ahora más peligro por querernos proteger de todo como si nosotros no pudiéramos hacer nada, por desgracia no pude decir nada antes de que el hombre con expresión enloquecida corrió demasiado rápido, se barrió sobre el piso y con una pierna hizo que Elisama cayera, y como si se hubiera detenido el tiempo para nosotros, se puso sobre ella apuntándole con un arma pequeña en la frete, disparándole en segundos y quitándole la vida en el mismo lapso de tiempo.