Rogue por primera vez era partícipe de una batalla campal como la que se estaba desarrollando justo ahora. Los enemigos venían de todos lados, armados y dispuestos a aniquilarlos; sin embargo, los movimientos de Ryos con su espada eran demasiado certeros como para esperar un contraataque.
─Esto es el infierno mismo... ─masculló Rogue una vez que derrotó a cinco hombres en menos de un minuto.
Podía ver la diferencia entre luchar en el Anfiteatro contra otros Gladiadores y tener que luchar en campo abierto contra una tribu que era conocida por la fiereza ejercida cuando se trataba de matar.
Rogue siguió avanzando en medio de miles de soldados, entremezclados con los suyos y los germanos. Cortaba, degollaba y mutilaba cada parte del cuerpo de los enemigos que lo atacaban directamente, moviéndose hábilmente junto a su espada y su escudo. Una lluvia de flechas cayó de repente, a lo que Rogue logró protegerse con el escudo unos segundos antes.
De repente Rogue visualiza a la distancia que el emperador Gildarts se abría camino en la batalla, haciendo ágiles movimientos; y aunque sabía que aquel hombre era capaz de defenderse a la perfección, nada le aseguraba que saldría con vida de esto.
Las tribus germanas iban precisamente por el emperador, y si él caía, todos caerían junto a él.
─Tengo que ir a... ─Rogue sintió una extraña brisa recorrerle la espalda, junto con una sensación completamente desalentadora.
Era como si la muerte se acercara a él.
Por acto reflejo se volteó colocando el escudo enfrente de sí, viendo como éste era atravesado por una lanza de acero inoxidable; la que por suerte no logró atravesarle el cuerpo.
Al alzar la vista se encontró con un chico menor o mayor que él, vistiendo unas ropas muy parecidas a la de los Persas; pantalones negros, botas grises, y una armadura junto a unas grebas con los bordes dorados. Tanto la espada y la lanza que aquel chico portaba eran de acero macizo, bastante pesada pero al mismo tiempo mortal si es que hacía contacto con la piel humana.
─Tú eres... ─Rogue se vió interrumpido por un violento golpe en su casco proveniente de la espada del enemigo, sacándoselo así de cuajo.
─Tú no eres mi objetivo, así que quítate de mi camino!─le ordenó el chico de cabello rubio, el que hacía contraste con los bordes de su armadura.
Sin embargo, éste no esperó un contraataque por parte de Rogue, quien lleno de furia le enterró la espada en el brazo izquierdo para después retirarla con toda la brusquedad posible. El chico rubio gritó de dolor, pero no tan fuerte como lo haría cualquier otro soldado normal; se recompuso al instante, restándole importancia al sangrado que emanaba de la herida.
─Ahora tienes un nuevo objetivo, así que de aquí no pasarás, maldito Persa!─ vociferó Rogue, propinándole múltiples ataques con su espada, y tirando por ahí su escudo.
El chico de cabello rubio respondía rápidamente a los ataques, haciendo que el sonido entre el choque de espadas fuera ensordecedor. Las heridas no tardaron en aparecer en el cuerpo de Rogue, ya que su adversario usó la lanza para impulsarse hacia arriba y caer detrás de él, consiguiendo agarrarlo por el cuello y hacer que su cabeza se enterrara en la tierra con toda violencia.
Rogue no se molestó en gritar, por mucho que doliera el impacto de su cara contra el suelo; ya era evidente que aquel sujeto era del que su emperador hablaba, el temerario chico que logró acabar con una legión entera de los celtas. A los segundos el ojirojo le sujetó ambos brazos a su oponente y lo hizo caer de espaldas enfrente suyo, y en el acto se levantó para volver a atacar; y aquello fue su descuido.

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Sangre y Acero | Stingue
FanfictionSólo lucha. Por el honor, por la gloria, por el aprecio de aquellos que creen en ti y confían en que no fallarás. No importa nada más, no mires atrás, sólo hacia delante. No vaciles ni dudes, no temas de lo que podría pasar al atardecer, y mucho men...