Cuando estaba llegando a la sala de entrenamiento vi como se llevaban a Danniel a la enfermería. Corrí hacia allí.
— ¡Eh! ¿Qué ha pasado? .- Le puse la mano en la mejilla.
— ¿Alexandra?.- dijo con la voz ronca. Parecía como si no me viese.
Volví a preguntar a la enfermera pero se encogió de hombros.
— Eh, Linton. Déjalo en paz y ven a la sala de entrenamiento.
James. Tenía que ser él.
Eché un último vistazo a Danniel antes de salir de la enfermería y entré sin mediar palabra en la otra sala. James entró detrás de mi y cerró la puerta.
— ¿Qué le has hecho?
— Yo no le he hecho nada, han sido las consecuencias del entrenamiento. Han algunos habido cambios.
No me gustó como dijo aquella frase. No me daba buena impresión.
— Supongo que a mi me espera el mismo calvario que a él. Pues cuanto antes empiece, antes acabaré. Venga.
Me miró como si no le gustase del todo la idea.
— Ven. Vamos a aquella zona, es muy parecida a la de los hologramas, cuando entres se cerrarán las paredes como la otra vez. Solo que esta vez no son hologramas, te vas a enfrentar a un destructor.Genial.
— De acuerdo.- Hice el amago de entrar pero me paró.
— Oye Alexandra, escúchame.- Se pasó la mano por el pelo y se acercó a mi. — No sabes a lo que te vas a enfrentar, solo te digo se seas astuta si no quieres acabar como él.- dijo refiriéndose a Danniel. — Toma.
Me dio mi látigo, casi lo olvidaba.
Estúpida, menos mal que te lo dio, porque sino la historia acabaría ahora mismo.
— En esta prueba debes usar todas tus habilidades, debes tener cuidado de que no te inyecten la púa si no quieres tener alucinaciones. Puedes usar tu poder contra él, puedes usar tu arma.- Me puso la mano en el hombro.
— Pero por favor, si ves que no puedes contra él, usa esto.Me tendió un silbato con una cuerda. — En cuanto lo uses, quedará aturdido. Son sensibles al sonido que emite el silbato, entonces entraré y lo mataré yo mismo.
— Gracias James.- Le miré una última vez antes de entrar a la zona de combate. Había varios soportes en las paredes. Justo enfrente había una celda, pegada a la pared.
Miré hacia atrás y James parecía preocupado, nervioso. Pude leer como sus labios me decían: Ten cuidado.
Y en ese momento empezó la cuenta atrás.
Tres. Desenrrosqué el látigo. Dos. Aticé el suelo. Uno. La adrenalina se apoderó de mi.
Las paredes crecieron a mi alrededor y la celda del fondo se abrió. Silencio. Solo escuchaba mi respiración, mis latidos, mi sangre corriendo por mis venas. El fuego rodeaba mi cicatriz, la descarga fluía por todo mi cuerpo.
Y salió alguien. O algo. No sabría decir muy bien lo que era. Tenia aspecto de persona, lo que me desconcertó; pero en cuanto salió completamente a la luz dejó ver una cola de escorpión y unas alas negras rotas.
Cuando me vio no se lo pensó dos veces, con una sonrisa espeluznante vino corriendo hacia a mi.
— ¡¿Pero que diablos es esto?!.- por poco no esquivé el aguijón. Empezábamos bien. — Ven aqui hijo de puta. ¡Vamos!
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Inside.
FantasyAlexandra Linton lleva una vida aparentemente normal. Una noche un sueño conectará su alma con la de alguien más a través de unos ojos. Un día normal como cualquier otro, un intruso entra en su casa y le concederá un poderoso don; a partir de ese...