The Lord

109 35 2
                                    

— ¿Qué? ¿A qué viene esto Danniel?

Me cogió de brazo y tiró de mi hacia delante.

—  ¡Contéstame! ¡No puedes hacerme esto!

Me miró con la expresión de sus ojos dura.

— Cállate Alexandra, no hagas esto más complicado de lo que es, si colaboras nadie saldrá herido.

¿Herido? Pero que se había fumado este tío.

Miré hacia atrás pero el portal ya no estaba, no tenía forma de huir, decidí que dejarme llevar sería lo mejor. Quería ver dónde me llevaba.

Me agarraba fuerte del brazo, sabía que podía soltarme si quisiera, pero no iba a hacerlo.

— Danniel me estas haciendo daño.
Me miró de soslayo, pero aflojó un poco los dedos; sin embargo no obtuve respuesta.

Justo en los pies de la montaña había una cuadra. Pensé que eran caballos normales pero cuando les vi tenían unas alas negras muy similares a la de los alphas.
Danniel subió a uno y me tendió la mano.
— Venga, sube.
—  Ni de coña pienso ir pegada a ti.- subí a otro diferente y empecé a subir por el camino la primera.

Danniel gruñó, no le gustó que le llevase la contraria, pero a mi me daba igual. Él me había traicionado, había jugado conmigo.

El era el intruso que había estado en el refugio. Y lo peor de todo era que él tambien tenia en sus venas nuestro suero.

Aunque allí no creo que le sirviera de mucho porque no había ni rastro de agua.

Permanecí callada todo el trayecto, iba siempre por delante de él, no quería verle.

Escuché el caballo de Danniel cada vez más cerca de mi, vi de reojo como se puso a mi altura. Le miré como si fuera un completo desconocido para mi, como si fuera un extraño.

— Tengo que pegarte.- dijo de repente.

Le miré incrédula.
— ¿Pero qué dices?

— Si te ve llegar como si nada, sin ninguna muestra o marca, te la hará el mismo. Y créeme, no te conviene. Te dolerá mucho menos si te lo hago yo.

Esto era el colmo, yo estaba alucinando.

— Ni de coña voy a dejar que me pongas una mano encima, eres un monstruo.

Eso pareció enfurecerle ya que rápidamente se acercó hacia mí y me dió tal bofetada que casi me caigo de caballo.

Me dolía muchísimo la cara y la boca me sabía a sangre, le escupí encima.

— Creía que tú eras diferente Danniel, pero eres tan sucio y rastrero como ellos, no me extraña que te hayan corrompido. Me das pena.- cogí las riendas. — ¡Vamos!

El caballo comenzó a correr hacia el castillo y dejé a Danniel detrás. No sabía lo que me esperaría allí arriba, pero no podía ser bueno. Cuando llegué a las enormes puertas bajé del caballo y me quité los tacones, quedándome descalza.

Estaba a punto de entrar cuando me agarraron del brazo. Me giré y me encontré con Danniel frente a mi.

— ¿Estás loca? Si entras ahí sin mí te matarán.

— ¿Acaso te importa? No finjas que si. Esto es culpa tuya, pero no te preocupes, me encontrarán y vendrán a buscarme. Y todos vosotros os pudrireis en este horrible lugar.

Me apretó más fuerte.
— Cállate de una maldita vez Alexandra, no empeores las cosas.

— Me has reventado la cara, estúpido, no te guardo ningún respeto.

Inside.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora