Capítulo 14

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-Sabías lo que pasaría, David, conocías las consecuencias…

-Soy un humano, ¿sabéis? Solo me he comportado como tal.

-El caso es que no puedes comportarte así. Al unirte a los ángeles debiste dejar de lado los sentimientos humanos. Debes comportarte como ángel.

-No soy el único que ha dejado de lado su alma angelical…

-Esto se vuelve interesante… -comentó Rafael-. Cuéntanos David.

-Se supone que no debemos mentir, eso incluye ocultar la verdad, ¿cierto? Pues, que yo sepa nadie la he dicho a Christina nada sobre su madre.

-Decidimos -intervino Miguel con voz firme-, en una reunión, que no era necesario.

-Ah, ¿no? Algún día acabará por enterarse, de una manera u otra.

-La primera vez que vino aquí estaba asustada y enfadada, no podíamos contárselo. Eso hubiera sido la gota que colmara el vaso -dijo amablemente Gabriel.

-Estoy de acuerdo -coincidió Miguel-. No hubiera sido bueno contárselo.

-Quizá -dijo Rafael-, pero ahora debería saberlo. No hará ningún bien ocultárselo.

-Pero debemos ocuparnos del asunto que nos trajo aquí…

-Ya lo sé -volvió a interrumpir Rafael a Miguel-. Solo digo que debería saberlo.

-Hagamos una cosa -propuso Gabriel-. Mientras esperamos a los demás arcángeles, podemos contarle la verdad acerca de su pasado.

-De acuerdo -coincidió Miguel-. Rafael ve a buscarla, por favor.

-Que conmovedor… Durmiendo en la cama de su amado.

Chris se giró hacia la voz y pudo ver al joven arcángel a unos metros de la cama en la que estaba tendida. También se fijó en Mandy, que estaba en el m arco de la puerta, mirando con el ceño fruncido a Rafael.

-¿Ya han acabado? -preguntó con voz ronca la chica.

Antes de que el arcángel pudiera contestar, Mandy ya estaba sentada a su lado, acariciando su pelo.

-Aún tienen que hablar con los demás arcángeles, pero por ahora sí. Han pedido hablar contigo, Christina.

-¿Conmigo? ¿Por qué?

-No te preocupes -dijo Rafael-. Levántate y vamos.

Chris se quitó las sabanas de encima y se irguió. Ambos ángeles iban a su lado cuando salieron de la habitación para dirigirse a la sala donde se encontraban los demás.

-Gracias, Amanda, ahora puedes seguir con tus labores.

-De nada, Rafael -dijo secamente y luego se dirigió a Christina:- Adiós, querida, cuídate.

Tras un abrazo se alejó y se internó en su habitación, mientras que los otros dos seguían su camino.

-No te preocupes, estas cosas pasan de vez en cuando. Algún ángel se descarría… Pero lo que ha hecho David no es lo peor que podría haber hecho. Además, si no pasa nada así cada siglo, esto es un aburrimiento.

-Pues me alegro que te seamos divertidos -murmuró Chris.

Entraron a la sala, donde se encontraban los dos arcángeles y David. Este estaba sentado en una de las sillas del fondo. Chris se sentó a su lado, lo más alejado posible de los arcángeles.

-Bienvenida de nuevo, señorita Rogers. Le hemos pedido a Rafael que fuera a buscarla porque hay un tema sobre el que nos gustaría hablar con usted, si no es problema.

Ángeles contra demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora