Capítulo 2

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Im, John y Tom se miraron preocupados. Llevaban allí como una hora y desde hacía un buen rato Darken no decía ni una sola palabra. Primero le había costado entender su fracaso. Luego se puso a murmurar para sí mismo. Y finalmente vino el silencio. Un silencio tan tenso que se podía cortar. Los tres estaban impacientes. Pronto perderían los nervios. Hasta que Im decidió romper ese silencio tan incómodo.

-Bueno, esto es culpa del enamoradizo-dijo mirando a John-. Obviamente sin ese problema habríamos cumplido nuestra misión.

En ese momento John se acercó a ella y ambos se pusieron a discutir.

-Basta-tuvo que gritar Darken para que se callaran-. Ahora no sirve escucharnos las culpas. Tenemos que pensar que haremos ahora.

-¿Cómo que que haremos ahora? Pues volver a su casa y robarle el amuleto -decretó Im.

-Esta vez estaríamos más preparados, por qué no? -intervino Tom.

-¿Por qué no? -se burló Darken- ¿Por qué no podéis volver de nuevo? -exclamó-. Porque los malditos ángeles ya habrán notado vuestra presencia.

-Apenas estuvimos allí media hora. Es imposible que nos sintieran-comentó Tom antes que sus compañeros estallaran.

-Infravaloráis el poder de los ángeles. Notan cada minúscula presencia demoniaca en las zonas cercanas a sus lugares sagrados. No digamos ya cerca del colgante- exclamó Darken.

-Habrán puesto todos sus sentidos en él- continuó-. Además de que hablarán con la chica...- especuló-. Lo mejor será actuar cuanto antes. Y ya sé quien es el apropiado para esta misión- dijo mirando a John.

-¿Yo?- se extrañó este-. ¿Por qué yo?

-Es obvio, no?- respondió Im-. No has completado tu trasmisión, así que los ángeles no sentirán tu presencia. Y además...

Iba a continuar pero Darken la interrumpió.

-Además es tu novia, o ex, o como prefieras llamarla- dijo sonriendo.

-Aah.. Todo muy normal. Simplemente llego y le digo "Oye que resulta que no estoy muerto. Que mi cuerpo rodó fuera del coche y nunca me encontraron. Pero, seguimos siendo novios, verdad?". Claro que sí -dijo con tono sacástico.

-Pues sí- contratacó a su vez Im-. Te inventas cualquier tontería de esas. vas a su casa y cuando esté dormida... ¡Zas!- dijo haciendo un gesto con la mano cerrándola en un puño-. Coges el collar y te largas de allí.

-¿Y acaso creéis que me va a perdonar así por que sí, estos meses en los que no tuvo noticia mía? ¿Que me dejará entrar de nuevo en su vida, para luego volver a dañarla? Estáis muy pero que muy equivocados- concluyó John.

¡Me da igual!- dijo exasperado Darken-. Me importa un pimiento lo que tengas que hacer para conseguir el colgante Por mí como si tienes que torturarla o matarla. Simplemente consíguelo.

Y diciendo esto se esfumó de la habitación dejando a los jóvenes solos de nuevo.

Ángeles contra demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora