CAPÍTULO SEIS

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Jayden.

Eider y su amiga se despiden de Hanna, mientras que yo solamente me quedo callado, sin ánimos. Esta es la realidad de mi vida.

—Son unas putas que solo quieren buscar algún beneficio de ti — dice Hanna, fastidiosa.

—No hables de lo que no sabes. De su amiga no sé nada, pero Eider no es así, deberías primero observar y conocer antes de juzgar.

Hanna se ríe — mira que cambiadito está mi Winnie, ¿qué te hizo ella para que pensaras así?

La encaro — ¿cuál es tu problema, Hanna? ya no somos unos críos para que me andes cuidando la espalda, hace tiempo que me estoy cuidando solo.

Ella suspira — quiero protegerte, Jayden, por lo menos con las personas que puedo hacerlo, solo intento eso.

—Entiende esto Hanna — le sujeto el rostro — ya no necesito que me cuides, no necesito nada de ti.

Hanna me abofetea una de mis manos, para levantarse furiosa y dejarme solo.

Volví a lo que era. Tenía dos meses en paz, pero claro, como estoy metido en el hoyo, nunca saldré, por más días o meses que me den de descanso.

No quiero tener lazos con nadie, me equivoqué acercándome a Eider, pero ya eso no volverá a pasar, no quiero estar con nadie. No me cuelgo porque tengo a una princesa que cuidar.

El timbre de el final del almuerzo suena. Me levanto para poder escabullirme al patio, necesito estar solo, respirar aire fresco, en tranquilidad.

Me siento en una esquina, recostando mi espalda de la pared. Saco una bolsita de mi mochila, deteniéndome a contemplarla, divagando entre hacerlo y no hacerlo, pero decido guardarla, podría meterme en un problema por mi ira.

Oigo unas risas y súplicas por parte de alguien. Me levanto a averiguar, viendo a los espías de Michael sosteniendo a un chico que no logro conocer.

Me echo un poco para atrás, tropezando con una roca, ocasionando que me caiga, llamando la atención de los idiotas.

Ellos se acercan, arrastrando al chico, que ahora puedo ver más cerca. Es Tyler Jhonson, el otro títere de Michael.

—Mira nada más a quién tenemos aquí, al otro cachorrito — dice uno de ellos, mientras ríe.

Me levanto del suelo, poniendo mi peor cara.

—¿Qué hizo Tyler? — pregunto.

—Me alegra que preguntes, porque este será el claro ejemplo del porqué no puedes ser un imbécil con tu trabajo.

Tyler niega — por favor no, ¡perdónenme! seguiré como antes, pero por favor no.

Uno de ellos busca en su mochila algo, para después sacar una soga, despertando mis alarmas.

Antes de que pueda escapar de esta escena, uno de ellos me sujeta los brazos. Hasta ahora no me había dado cuenta de que todos tienen guantes puestos, poniéndome aún más nervioso.

Empiezan a enredar un poco la cuerda en el árbol más grande del High School Smith, mientras que Tyler sigue llorando y suplicando.

—Por favor no, no puedo dejar sola a mí madre, perdónenme.

Uno de ellos empieza a reírse, lanzándole unas fotografías en la cara a Tyler — ¿tu mami? creo que desde esta mañana tu mami te anda esperando en el cielo — vuelve a reírse — digo, si es que vas al cielo.

A Tyler se le descompone la cara, cayendo de rodillas frente a las fotografías que yacen en el suelo. Él las va tomando una a una, viéndolas mientras llora.

Secreto Destructivo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora