Capítulo 2: La batalla Ácida [Parte 3]

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El sonido duro del metal se escuchaba, el sonido provenía de las rechinantes armaduras que tenían los sobrevivientes del grupo de las hojas negras, cuyos cuerpos temblaban ante tal cambio brusco de situación en el que se encontraban.

Les era difícil asimilar como habían terminado de esta manera, al borde de la muerte. Para ellos debió de ser una mañana tranquila, donde la muerte fuera unilateral a su favor.

Aquellas personas, que ya no podía considerarse seres pensantes, estaban sueltos en el suelo, como marionetas cuyos hilos fueron cortados, lo único que hacían era repetir muchas veces "lo siento señor, perdóname señor".

Los únicos que tenían el coraje suficiente para permanecer en pie, en el bando mercenario, eran los dos comandantes y su capitán. Los cuales con mucho esfuerzo estaban reteniendo a las pequeñas hordas de slimes que los dos conjuradores estaban invocando.

No habían recorrido más de dos metros desde que las oleadas comenzaron, no avanzaban más porque se les dificultara, sino porque el encapuchado con la espada de plata seguía vivo y permanecía quieto a unos metros delante de ellos. Estaban parados con el motivo de esperar a que el mana de los conjuradores se les acabara, y en dado caso de emplear ítems, estos también se gastaran, luego pasarían a la batalla principal con el encapuchado con la espada.

Los tres, tanto como los dos comandantes y el capitán Gustav, estaban sincronizados y organizados. Gustav les ordenaba a través de señas, dado que había entendido que todo este tiempo no eran sus compañeros los que estaban sordos, sino él era el que estaba mudo.

A través de años de adiestramiento militar, ambos comandantes entendían las ordenes que su capitán otorgaba, incluso anticipaban el motivo y los pasos adicionales que debían que realizar. Indudablemente ninguno podía decir que no estaban realizando un increíble trabajo en equipo. Gustav en el fondo estaba orgullosos de ellos, y más de sí mismo, pues era quien los había instruido.

-Si tan solo hubiera traído a más comandantes.

Gustav susurro para sí mismo. A pesar de que retener a las oleadas de slimes no era un gran desafío para él, sabía que con más ayuda capacitada podría avanzar más metros. Incluso podría atacar al encapuchado de plata mientras los otros comandantes repelían la horda.

[¿Qué hago? ¿Avanzar? ¿Arriesgar a mis únicos dos hombres que valen la pena? Jum]

Gustav sabía que el tiempo era crucial, pronto sus fuerzas reducirían mientras el cansancio y agotamiento incrementaban. Era humano y él lo sabía, tenía limites que no podía ignorar, y uno de esos era su resistencia.

Sus brazos ya empezaban a tambalearse y a entumecerse por tantos golpes que había dado, sus comandantes estaban en su misma situación, pero aun así seguían peleando.

No podían ni siquiera tomar un respiro para beber una pócima de resistencia, dado que los slime seguían llegando y llegando. Era cuestión de minutos en que sus camaradas cedieran y la horda se incrementara para él, lo cual haría que terminara cediendo.

Si tan solo los tres inútiles en su espalda dejaran de llorar, tomaran armas y ayudaran con la horda, podrían intercambiar lugares un breve momento mientras sus comandantes recuperaban su fatiga con pócimas, pero no, esos inútiles no tenían esa intención, era igual como si estos hubiesen sido asesinados.

La tensión aumento cuando una parte de los slimes dieron saltos enormes en el cielo, aterrizando a unos metros a espaldas de los tres mercenarios de pie. La horda se había dividido a la mitad, pero sus números no parecían reducirse en el frente.

Gustav dio una señal de cierre a sus compañeros. Les indicaba que entre los dos tomaran el frente mientras el cubriría sus espaldas. Los dos entendieron y rápidamente cambiaron su posición. En esos breves momentos algunos slimes habían rozado la piel de Gustav, quemando levemente su piel. Ahora estaban situados espaldas con espaldas, no se veían la cara pero confiaban en que las habilidades de los otros fueran capaces de repeler la cantidad de bestias que les llegaba.

The Gods Slimes: Elder Black OozeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora