cielo di primavera

Omake

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Continuación de Un pequeño impulso

No muy lejos de ahí habían dos personas que los veía a nuestros castaños con una sonrisa en el rostro.

– Jajaja Tsuna estuvo tan genial – comentaba el azabache con una gran sonrisa – lo hiciste muy bien Gokudera – coloco un brazo por los hombros de su amigo.

– ¡SUELTAME estúpido friki del béisbol! – Se quejaba mientras le daba un golpe en la cabeza – además Juudaime siempre es ve genial en todo lo que hace.

– Yamamoto, Gokudera lo hicieron muy bien – escucharon una voz y se dieron cuenta que en medio de ellos dos se encontraba un pequeño bebe con patillas rizadas – todo resulto según lo planeado.

– ¡Pequeñín! / ¡Reborn–san! – se sorprendieron ambos jóvenes.

– El plan resulto perfecto, de caso contrario hubiera tenido que ayudar a Dame-Tsuna a aceptar sus sentimientos – los jóvenes solo sonreían al ver el arma que traía el pequeño no entendían como hubiera podido ayudarle con eso.

Para poder del plan de lo que están hablando debemos retroceder al anterior día.

"Yo, Gokudera – le saludo a su amigo – sabes porque el pequeñín nos llamó – estaba curioso por saber en qué nuevo proyecto estarían.

– No, Reborn-san no me dijo nada – lo pensó por unos momentos – estoy seguro que debe ser acerca de Juudaime – escucharon unos ruidos y dirigieron su mirada a uno de los árboles del cual se abría un pequeño compartimiento mostrando a un pequeño.

– ¡Pequeñín! / ¡Reborn–san! – se sorprendieron ambos jóvenes al ver de dónde salía, los cuales eran cada vez más extraños.

– Ciaossu – saludo el pequeño – ahora que ambos están aquí es momento de iniciar el plan "obligar a dame-Tsuna a confesarse a Haru"

Creí que eran imaginaciones mías los sentimientos que tenía Tsuna hacia Haru así que cuenta conmigo pequeñín – acepto de inmediato el azabache ya que deseaba ayudar a su castaño amigo.

– Si es por Juudaime hare lo que sea – no sabía porque motivo pero algo en su interior le molestaba, creía que era porque había comido alguna cosa que le habría hecho daño, si solo podría ser ese el motivo de su malestar.

– Gokudera deberás invitar a Haru a una cita el día de mañana, Yamamoto tu seguirás a Tsuna y evitaras que interrumpa la cita – el peli plateado se quedó callado, tratando de asimilar las palabras del Hitman, estaba por objetar – Gokudera recuerda que es por el bien de Tsuna. Deberes hacerlo esta noche – una vez dicho eso desapareció por aquel árbol.

– Como usted ordene Reborn-san – no estaba tan seguro de aceptar pero se convencía así mismo que todo era por su Juudaime.

Unas horas después en la casa de la familia Sawada, Reborn se encontraba en el cuarto de su alumno, escucho unos pasos acercarse sabía que se trataba de su dame-alumno, agarro a león el cual se convirtió en un teléfono y fingió estar hablando con alguien – ya veo así que Gokudera se confesara a Haru – una sonrisa se formó en su rostro cuando escucho los pasos apresurados del castaño y un fuerte golpe.

– ¡Itai! – se quejaba un castaño.

– ¿Tsu-kun te encuentras bien?

– No te preocupes oka-san, me encuentro bien – le respondió antes de salir apresuradamente de la casa.