Dinamita Brillante

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Pareja: Haru x Gokudera

Dinamita Brillante

continuacion de Chocolate explosivo



Chasqueo la lengua, mientras aun buscaba algún regalo, no podía creer que no estuviera ayudando a su Juudaime, recuerda que en la mañana veía a su jefe castaño muy apresurado tratando de terminar todo aquel papeleo que habían causado aquella piña y el lunático de las peleas, claro el como buen mano derecha estaba dispuesto a ayudarlo de nuevo ya que sabía que el tenía una cita con aquella mujer de cabellos azabaches pero se sorprendió cuando lo vio negarse.

"lo siento Gokudera-kun no puedo permitir que me ayudes en este día ya que tú también tienes que comprar un regalo" 

Al ver la sonrisa del castaño tuvo que resignarse, aunque claro el hecho de que el friki del béisbol se ofreciera hacer el papeleo no tenía nada que ver (por dentro estaba demasiado feliz) y ahora se encontraba en aquel lugar tratando de comprar un regalo.

Después de aquel día en que había recibido ese chocolate de Haru además de su confesión por algún motivo él no le expreso sus sentimientos, su relación seguía siendo la misma, siempre discutiendo de cualquier detalle, parece que le gustaba tener esa clase de relación con ella – ¡no soy ningún masoquista! – dio un pequeño grito mientras la gente lo miraba por unos momentos para despues seguir su camino, no podía creer que lo había gritado enfrente de toda esa gente.

– Aun siendo masoquista estoy segura que Haru-san te quiere de esa manera – se congelo al escuchar aquella voz, y ver a que su lado se encontraba una joven de cabellos azabaches mirándolo seriamente aunque podía ver ese brillo de burla en sus ojos naranjas.

No pudo evitar sonrojarse ante sus palabras – d-de que hablas mujer – no pudo evitar tartamudear en un principio, desvió la mirada – creí que estarías con Juudaime – cambio rápidamente de tema.

Me dirigía a la mansión Vongola en estos momentos pero al verte en este lugar no pude evitar acercarme – el peli plateado levanto una ceja a lo que había dicho al no entender que es lo que quería decirle – Hayato no es necesario que te esfuerces en buscar un regalo para Haru-san, sé muy bien que cuando lo veas sabrás que es el indicado – detuvo sus pasos para mirarlo – Tsunayoshi envió a Hibari, Mukuro-san y Sasawaga-san a diferentes misiones, Yamamoto no saldrá del despacho a causa de todo el papeleo, la mansión Vongola estará vacía así que no tienes de que preocuparte – y antes de que pudiera preguntarle a que se refería la vio marcharse – me alegro charlar  contigo Hayato.

No sabía porque pero sentía que ella había hecho que nadie se encontrara en la mansión, chasqueo la legua y al voltear la mirada vio donde se habían detenido, no pudo evitar sonrojarse y más al ver aquel objeto que le había llamado la atención, parecía que ella lo había traído a ese lugar, pero al fin pudo encontrar lo que buscaba, entro aquel sitio con solo una idea en la mente.

Se habia tardado mas de lo que habia planeado pero ahora se encontraba en la mansión, el lugar se encontraba vacio.

No sabia como podría encontrarla aunque tenia una idea del lugar donde estaría, respiro una vez mas antes de ponerse en marcha y efectivamente ella se encontraba en la cocina, tarareando una canción mientras sacaba del horno unos pasteles, no se habia dado cuenta de su presencia.

– Quieres seguir envenenándome – la vio saltar en su sitio por la sorpresa – esta vez no sere tu conejillo de indias en tus experimentos – agrego mientras se acercaba a ella.

– Gokudera-san es muy malo con Haru – la vio hacer unos pucheros mientras cruzaba ambos brazos sobre su pecho – Haru nunca envenenaría a Gokudera-san – agrego para después ver la bolsa que llevaba – ¿Gokudera-san volvió a comprar unas dinamitas? – pregunto con curiosidad mientras el peli plateado le entregaba la bolsa llena de aquellas dinamitas, confundiéndola un poco.

– Esto es para ti – dijo causando mas curiosidad en la joven castaña – una de ellas es tuya – Haru se sorprendió ante sus palabras quien se dirigio a una de las mesas colocando encima de esta un total de diez cartuchos de dinamita, los vio detenidamente tratando de encontrar alguna diferencia, sin ningún éxito.

Estaba por rendirse hasta que una le llamo la atención, tenía una línea a la mitad, la agarró mientras la inspeccionaba y fue que escucho unos soniditos al abrirla y sacar ese objeto no pudo evitar abrir sus ojos en sorpresa.

Y antes de que el peli plateado pudiera decir alguna palabra fue apresado en un fuerte abrazó – Gokudera-san, Haru es tan feliz.

– ¿¡Que crees que estás haciendo mujer!? ¡Sueltame! – Logró separarla de él mientras un enorme sonrojo empezaba apoderarse de sus mejillas, le quitó el objeto que estaba agarrando – antes de que me arrepienta – murmuró para sí mismo – es por el día blanco – la miro seriamente – Haru realmente me gustas – dijo mientras su sonrojo incrementaba ante su confesión, contagiando en el proceso a la castaña.

Se acerco a ella mientras le colocaba ese collar que había encontrado en la dinamita, un collar plateado que tenía la forma de un corazón en el medio había una pequeña dinamita, para después darle un pequeño beso en los labios.

– Gokudera-san al fin dijo que Haru le gusta – tocaba con cariño aquel objeto aun con el sonrojo presente a causa de aquel beso.

– De que demonios hablas, no pienso estar diciendo esas cosas frente a Juudaime – declaró con enojó el peli plateado, lo que provocó una nueva discusión.

No le importaba, mientras ella siempre estuviera a su lado.

Ya que ella era su preciada dinamita brillante.

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cielo di primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora