3. ¿Coincidencias?

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Está vez no desperté, fue un abrir y cerrar de ojos, estaba en mi cama, me sentía completamente aturdida, mis recuerdos de pronto se hicieron nítidos... ¡El brazalete! ¡El juego!, la tensión de recordar todo aquello me revolvió el estómago, mire mi muñeca con miedo, y como era de esperarse, ahí estaba, un lindo brazalete entretejido de seis piedras en forma de tulipanes, uno de cada color, rojo, verde, amarillo, morado, rosa y el más brillante azul, se supone que cada uno representaba a una persona, y si así eran las cosas, y yo era la supuesta líder de dicho grupo, el azul era mío, brillaba mucho y aquel color era mi favorito, eso quiere decir que... entonces, el rojo pertenecía a July, mi pequeña hermanita, no podía creer que hasta ella podría morir... no podía, asustada y cohibida deje de mirar el dichoso brazalete, busque el reloj de pared de mi habitación, marcaba las 10:00 de la noche , me acosté a las 8:30 de la noche, eso quiere decir que... ¿Sólo pase una hora y media dentro de Nikaze? Está vez pase mucho menos tiempo dentro de este lugar. Como si mi cabeza hubiese sido golpeada por un bate tuve la brillante idea de buscar un poco acerca de ese lugar en internet, tal vez no era la mejor opción pero tenía que intentarlo, tenía demasiado sueño así que simplemente pospuse mi búsqueda a otro día, finalmente pude dormir.

La alarma de mi teléfono me avisó que un nuevo día comenzaba para mi aunque ni siquiera el sol se había dispuesto a salir. Está vez solo quería hacer las cosas bien, me bañé, y corrí a la cocina donde mi madre ya tenía el desayuno, si me iba a ausentar por mucho tiempo quería que mi madre me recordará con amor.

- ¡Pam! Te levantaste temprano hija, vamos, ya desayuna para que comiences bien el día

- Buenos días mamá, si, hoy tengo más ánimos.- dije sonando más como una niña que como una joven que no tardaría en cumplir la mayoría de edad.

- Que bueno mi vida, ahora iré a despertar a tu hermana.

Terminé mi desayuno, me despedí de mi madre y salí de casa hacia el colegio, como siempre, las cosas serían completamente normales si no hubiera un estúpido brazalete recordándome que pronto todo cambiaría, ya no tendría una vida normal. Pero a pesar de todo, estaba algo feliz, quería que estos últimos días fueran buenos.

Llegue al colegio, esta vez Fabi no había llegado detrás de mi. Ubique mi butaca, me senté y finalmente acepte lo que estaba sucediendo, vi por fin llegar a Fabi, me encontró con los ojos rojos e hinchados.

- Pam, ¿Qué te sucede?.- dijo Fabi casi con el mismo ánimo que yo.

- Nada, Fabi, es sólo que... no puedo.- y comencé a llorar, sin más, no quería hablar pero tenía que hacerlo, entonces sólo proseguí.- Fabi, voy a morir, perdóname, no sé, no sé porque, lo siento.

- Tranquila Pam, no es tu culpa...- fue ahí cuando me di cuenta que ella entendía perfectamente lo que estaba pasando, era verdad, todos ya habían sido avisados en que lío estábamos metidos. Con mis manos cubrí mi boca, queriendo contener todo lo que quería decir... sólo que olvidé que el brazalete aún estaba en mi muñeca, y Fabi al ver el brazalete se rompió.

- ¡Lo sabía! Era cierto...- dijo ahora ella, entre lagrimas.- Pam, te prometo que vamos a salir de esta, no sé como pero lo haremos, lo vamos a lograr juntas, ya verás que si.

Finalmente nos dimos un abrazo, ninguna de las dos sabía porque aquel personaje misterioso nos había escogido para esto, solo sabíamos que queríamos vivir, y eso era lo que íbamos a hacer.

- Entonces...- dijo Fabi rompiendo aquel abrazo.- ¿Cuál es mi piedra dentro del brazalete?

- Es la morada, es tu color favorito, además de que brillo más cuando te acercaste a mi.

- Es verdad, la tuya entonces debe ser la azul, ¿no?.- dijo en forma de burla, ya que eso era obvio, por fin habíamos logrado librar la tensión y aceptar las cosas como eran.

This is a dream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora