4. Escucha con atención.

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Estaba ahí, en Nikaze, y sabía porque estaba en ese lugar otra vez.

Apareció, por alguna extraña razón ya no se veía tan imponente como la primera vez. Su presencia se sentía aún a metros de donde estaba. Por fin, se digno hablar.

- Te he traído de nuevo a este mundo porque olvidé darte ciertos detalles acerca de como será su estancia en este lugar y en que condiciones y reglas estrictas deberán jugar.

- Escuchó.- dije, sin más, no tenía miedo, sólo quería que la pesadilla acabase, quería ver a mi madre, a mi hermana y a mis amigos.

- Primero. Te dije que el tiempo pasaría en ambos mundos, tanto en la Tierra como en Nikaze, y así será, mientras están aquí luchando sus cuerpos permanecerán inertes en la tierra, como si durmieran por todo el tiempo que estén aquí. Segundo; cuando alguno muera jugando su alma se perderá, pues no será su cuerpo el que muera, sino su ser, eso quiere decir que su cuerpo seguirá inerte, sin embargo será como un cascarón, vació, no servirá de nada, por otro lado, todos los que mueran se perderán, dado el hecho de que aunque ganes el juego, el que muera en este mundo ya no despertará en la Tierra, ni en ningún otro lugar...- antes de que aquel ente pudiese terminar su frase lo interrumpí muy abruptamente.

- ¡Ese no era el trato! ¡No es justo! Dijiste que si ganaba todo volvería a la realidad, lo dijiste, todo, todo volvería... ¡Así que respeta lo que dices!

- Te dije que todo volvería a la realidad pero no te dije de que forma, el que tu despiertes y puedas seguir tu vida quiere decir que las cosas seguirán igual, y te advierto, no quiero que me interrumpas, si vuelve a suceder, los traeré a todos de una vez y haré que mueran.

Mi mente no soportaba el hecho de que eso pasará, así que callé, entonces con un tono algo burlón y sarcástico prosiguió.

- Bien, tu cara dice que no hablarás más, así que pasemos al punto número tres, no serás la única con un brazalete, habrá uno más que solo contendrá dos piedras, pronto sabrás quien es. Cuarto, si logras llegar al mundo número diez al final en vez de un portal habrá una pequeña estrella, y al tocarla esta te llevará a ti y a todos lo que estén contigo a su realidad, despertarán de aquel sueño como si nada pero sus recuerdos se irán quebrantando conforme pasen los días, además que... los que pasen contigo perderán además todas sus memorias sobre los otros jugadores, en resumidas cuentas, si logras ganar, los que eran tus amigos, serán solo desconocidos para ti y viceversa. Escucha con atención, estás advertida, si mueren todos, morirán juntos y con sus memorias intactas, tu sabrás que hacer.

Antes de que pudiera decir algo, reclamar o incluso implorar que las cosas no sucedieran así, se esfumo, dejándome una terrible sensación.

Devastada, aún más de lo que podía estar, cerré los ojos, una y otra vez, sin lograr llegar a mi mundo... mi mundo real, era irónico que siempre había querido tener una aventura, una donde tuviera que luchar contra dragones, contra reinos enteros, pensaba que la vida en la Tierra era algo aburrido, un ciclo que tarde o temprano acabaría y nunca sabría si sería feliz o estaría declinada a vivir todo el tiempo tras un escritorio... sin embargo, por una vez en aquellos escasos 17 años, logré comprender y ver la vida, aquella vida a la cual yo llamaba aburrida, como algo preciado, algo que valoraba... anhelaba que todo pudiese ser normal, era la más grande ironía en todo su esplendor.

Sentí como pasaron unas horas, o tal vez días, o quien sabe, pudieron ser incluso minutos... cuando mi mente logró ver dos piedrecillas brillantes en forma de perlas, dos colores, gris y blanco... la persona que las llevaba, lo encontré, está vez sabía que no era un sueño, el estaba ahí, después de tanto, lo vi de nuevo. Estaba al otro lado de la calle por la que había estado merodeando un rato, aunque lejos, sabía lo que tenía que hacer y sin pensarlo, mis piernas se movieron solas. Estaba corriendo, lo sé estaba corriendo, hacia el, y... ¿Qué debía hacer cuando estuviera con el?. Al cruzar aquella calle sentí como su mirada se posó sobre mi rostro.

- Siempre hay algo que nos mantiene juntos, ¿no lo crees?.- Sus palabras sonaron como si no hubiese sentido nada al verme y me dolió... pero la expresión triste de mi cara desapareció cuando siguió hablando.- ¿No piensas hablar? ¡Ven!

En ese preciso instante tomó mi mano, la jalo, y sus brazos me aprisionaron con fuerza, fue cuando me di cuenta que a pesar de todo, tenía razón, por algo siempre acabábamos juntos.

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo? No sabes cuanta falta me hiciste.- dije entre sollozos.- y más importante aún, ¿Qué haces aquí?

- Pues... ya ves, no estuve en ningún lado, sólo un día ya no supe nada de ti. Estoy aquí por la misma razón que tu... ya he visto tu brazalete.

- ¿Por qué tenemos que pasar por esto? Aún si ganamos, me olvidaré de ti, olvidaré todo, y no, no, ¡no quiero!

- Aunque te olvides de mi, sé que siempre estarás conmigo, ya sea en este mundo, en la Tierra o en otra vida, nunca te voy a dejar y eso nadie ni nada lo podrá romper jamás.

Sus palabras me tranquilizaron por completo, tenía ese encanto. Siempre fuimos buenos amigos, y sabía que siempre podía contar con el, pero un día simplemente dejamos de hablar, dejamos de vernos, y las cosas se vinieron abajo, realmente lo extrañaba.

- ¡Cállate imbécil!, yo nunca me voy a olvidar de ti, aún tengo esa extraña cicatriz, eso siempre será un recordatorio.

Me soltó, tomó mi brazo derecho, y efectivamente, vio la cicatriz... siempre sería un recordatorio pues el también tenía una. Cuando teníamos quince años estábamos con algunos amigos, en eso a ambos nos empujaron hacía una tubería que estaba rota... y yo terminé con una cicatriz de cinco centímetros en mi brazo y el con una de siete centímetros en la palma de su mano izquierda.

- Vaya cosas teníamos que pasar eh. Realmente extraño eso Ali.- en cuanto mencionó mi segundo nombre supe que las cosas nunca cambiarían.

- Yo te extrañaba a ti Tob.

Y así seguimos un buen rato, paseando y jugando con las gotas de agua que caían del cielo, por un rato en esos días tan estresantes por fin me sentía más que feliz, sabía que ahora no estaría tan mal. Tobías y yo nos entendíamos perfectamente, era como si fuese yo misma pero en una versión masculina y más optimista.

La diversión cesó cuando la posibilidad de perderlo a él se manifestó, con todo esto era como si me hubieran dado un caramelo y enseguida un golpe en el estomago. Y eso me llevó a comprender que aquel ente había comenzado el juego hace tiempo. Porque estuvo jugando conmigo desde la primera vez que había entrado a la ciudad, porque tal vez observó a cada uno de mis amigos y sabía cuales eran los puntos débiles de cada uno, porque no había otra razón de reunir a dos personas que ya no tenían nada que ver, y eso era lo que más me dolía. Tobías ya no era nada para mi a pesar de que siempre lo vi como a alguien muy especial para mi, sin embargo... volverlo a ver hizo que las cosas fueran mucho más serias, y me di cuenta de algo, no luchaba sólo por mi, sino por otras cinco personas además de mi, y el luchaba por una más... pero si las reglas aplicaban igual para los dos, ahora éramos ocho en este juego y todos teníamos que salir victoriosos... teníamos que regresar a nuestro hogar, aún si eso significase perder todo lo que los ocho habíamos hecho, romper lazos se veía tan sencillo de este modo.

- Ali...

- ¿Qué pasa Tob?

- Es hora... siento como estoy regresando a la realidad...

- No... lo sé... espero verte pronto Tob.

Finalmente me despedí de Tob... no sabía en que situación lo vería de nuevo pero tenía la certeza que pasaría, así que solo sonreí, igual que el, no podíamos hacer otra cosa. Y el tiempo se agotó.

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Listo :P

Hoy no hay avisos, sólo espero que los entretenga, linda mitad de semana :3

This is a dream.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora