6. El comienzo.

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Me encontraba en aquel campo verde que anteriormente había visitado cuando Mista me dio las reglas del juego, solo que esta vez había ocho personas más conmigo, ocho rostros que yo conocía.

Ahí fue cuando todo cambió. Era el comienzo.

- Bien, los he reunido a todos aquí porque hoy, en esta noche llena de estrellas en Nikaze yo, Mista, daré comienzo a mi pequeño juego, donde todos morirán o sobrevivirán, dependerá de ustedes. Dos líderes hoy los guiarán. ¡Pamela!, ¡Tobías!, si ellos mueren, si ustedes mueren, solo ustedes dos serán responsables de ello.

Mire a mi al rededor, todos tenían una cara que revelaba verdadero horror, no soportaba ver a mis amigos en esas condiciones y entre mi, les pedí perdón dentro mío, le pedí perdón a Fabi por no ser tan buena amiga como ella, a July por no poder protegerla, a Tobías por alejarme de el, a Ian por tratarlo mal de vez en cuando, a Esteban por llevarme mal con el y a Thomas por no tomarlo en cuenta en ciertas ocasiones. Sin embargo entre todos nosotros había otra persona que nunca creería que hubiese entrado a este problema. Caleb, el no era tan apegado a nosotros y estaba ahí, sollozando, su rostro lleno de lágrimas solo hizo que me sintiese peor.

- ¿Y bien?.- volvió a hablar Mista.- veo solo caras tristes de resignación, recuerden que aún pueden ganar.- Esta ultima frase sonó más como una burla, el sabía que no ganaríamos. Y en el fondo yo pensaba lo mismo.

- ¡Amigos! Tenemos que lograrlo, sé que pensaban que todo esto no era real pero lo es y debemos afrontarlo, todos juntos lograremos llegar al final, ¡Yo sé que podemos hacerlo!.- Las palabras salieron de mi boca como si de verdad creyera que teníamos oportunidad, aunque solo estaba tratando de no llorar.

Nadie hablo, era lógico que no lo harían, estaban realmente destrozados. Entonces aquel ángel comenzó a hablar de nuevo.

- Ya que nadie quiere agregar más a las palabras de su líder, le otorgaré a cada uno su equipo para esta hazaña.

Mista comenzó a mover ambas manos en forma de medios círculos y frente de nosotros aparecieron ocho esferas, aparentemente transparentes pero dentro de cada una se encontraba rotando un polvo de distinto color en todas.

- Estás esferas serán sus armas, armaduras, equipos y el reloj que les permitirá guardar y escoger artilugios para usar, además a través de este podrán ver a sus familiares, y como van cambiando sus vidas, es por esto que deben apresurarse a ganar, aunque no hay límite de tiempo, puede que pasen años de dimensión en dimensión, además este reloj también les permitirá traer dos objetos de la Tierra, que podrán conservar hasta que termine el juego, si acaso sobreviven. Dicho esto, cada uno puede pasar a tomar su esfera, de acuerdo al color que se les fue asignado.

Espere a que todos fueran por su esfera, aunque no fui la única.

- Ali, es hora.- dijo Tob con tal desanimo que logró romperme el corazón.

- Vamos.- dije a secas, en ese momento todo me dolía, todo era un asco.

Caminamos juntos hasta donde se encontraban las esferas. Antes de tomarlas, ambos nos miramos, sin saber que decir, aunque no necesitamos hablar, nuestras expresiones lo decían todo, logré ver a través de sus ojos que estaba completamente hecho pedazos, y no era para menos. En cuanto las tomamos, los brazaletes brillaron, entonces todas y cada de una de las ocho esferas estallaron, revelando así que sólo contenían el reloj del cual ya se había hablado.

- ¡Tendrán que descubrir como usarlos! ¡El juego comienza ahora! Su primera dimensión donde encontrar la salida... ¡Nikaze!

Después de profesar esas palabras, Mista desapareció sin dejar rastro, solo aquellos relojes, se añadieron a la muñeca de cada uno automáticamente, casi como magia, y cada cual tenía una forma distinta, además se caracterizaban por tener el color que a cada quien se le había asignado.

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