-TaeTae puede quedarse el tiempo que necesite hijo, sabes que siempre las puertas han estado abiertas para él.-La señora Min estaba preparando el desayuno para los tres en ese momento mientras YoonGi le explicaba todo lo que había pasado con el menor.-
-Gracias mamá...de verdad muchas gracias.-Habló el de piel pálida con un alivio enorme, pues estaba muy preocupado de si su madre dejaría que TaeHyung se quedara algunos días en su casa.-
-No agradezcas hijo, ahora, llama a TaeHyung para que desayunemos ¿Si?-Justo en ese momento el teléfono de la señora Min comenzó a sonar en señal de que una llamada entrante llegó, YoonGi asintió en dirección a ella y se encaminó a su habitación donde estaba un dormido TaeHyung en su preciada cama.-
Luego de que el menor le explicara todo y tuvieran una pequeña pero amistosa sesión de muchos abrazos y mimos, el mayor propuso que durmieran por unas horas más hasta que ya sea una hora desente para estar en pié. Habían dormido en la misma cama, uno junto al otro, eso no era para nada raro viniendo de ellos, si hasta se duchaban juntos cuando eran pequeños.
-TaeTae...mamá ya preparó el desayuno, vamos a comer ¿Si?-Anunció una vez entró a su habitación y vio como el menor despertaba lentamente.-Vamos, arriba, así como me levanté rápido a las cinco de la mañana, te toca a tí, mocoso.
-Hableme bonito de nuevo Hyung...como lo hiciste en la llamada.-Murmuró un TaeHyung somnoliento mientras se reincorporaba en la cama y tallaba sus ojitos con sus manos hechas puños.-
-Uhg, no me recuerdes eso, que asco.-Respondió YoonGi totalmente asqueado y avergonzado por su propia acción.-
-Porfi~ YoonGi Hyung~-El menor puchereo y el mayor solo rodeo los ojos, definitivamente no tenía de otra.-Haré lo que tu quieras...
-TaeTae-ssi.-Chillo con voz aguda en un intento no tan fallido de aegyo.-Bebito precioso de mejor amigo, vamos a comer, ñam ñam, cosita más hermosa de este mundo, eres tú, tú, tú, TaeHyunggie~-Terminó su "acto" y el menor solo rió tiernamente y aplaudió suavemente.-Te odio.
-¡Eres el mejor Hyung de todos!-Chilló, se levantó rápidamente de la cama y se colgó en la espalda del más bajó como un koala bebé.-
-¡Baja ahora mismo mocoso de cuarta!-El mayor hizo sus intentos fallidos para que el menor soltara su agarre en él pero fue imposible, por lo mismo solo pasó sus brazos por abajo de las piernas de menor y lo acomodó en su espalda logrando que éste se sujetara por sus hombros.-Agradece que no pesas nada, pluma fea.
-Fantasma feo.-El menor sacó la lengua aún así el pelinegro no lo pudiera ver por su posición.-¡A la cocina Hyung!
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El timbre en la casa de los Min sonó por segunda vez, ambos jóvenes se encontraban en el sofá de la sala tomando una siesta por lo que la primera vez que el timbre sonó nadie pudo abrir la puerta, además de que la señora Min había salido para hacer unos recados.
