Make You Feel my Love [Tododeku week 2018]

Día 7: Estrellas

"Los sueños se hacen realidad, si solo deseamos lo suficiente. 

Puedes tener cualquier cosa en la vida si sacrificas todo lo demás por ella."

-J.M. Barrie, Peter Pan

—¡Shō-chan!

—Izuku, llegaste pronto.

Izuku se encontraba fuera de la habitación de Todoroki, con su clásica mochila amarilla al hombro y una sonrisa que tenía reservada para cuando quería algo de su novio.

No es que le gustará extorsionarlo o algo así, pero a veces era necesario para conseguir pequeñas cosas.

Cosas como:

Una figura de All Might.

Su compañía mientras cantaba al ritmo de alguna canción o lloraba pensando si era beso o abrazo.

Su apoyo emocional cuando terminaba un libro.

Que aceptara algún plan loco que se le había ocurrido.

Su pack.

Cosas completamente normales.

—¿Ahora sí me dirás por qué tanto misterio a la hora de citarme aquí con mis cosas? —dijo mientras se internaba en el cuarto que ya lo conocía tan bien.

De reojo vio como Shōto se estiraba perezosamente y después de un rápido chequeo a su cama, pudo entender su comportamiento.

—No, es un secreto.

—¡Eso es injusto Shō-chan!

—Ni modo. Yo quería seguir durmiendo y mírame, tengo cosas que hacer.

—Oye, no es mi culpa que ames tanto dormir. Eres como un oso a veces Shō-chan.

Shōto se enderezó ante esas palabras y acto seguido, se aventó contra Izuku con intención de tirarlo, cosa que hizo, priorizando que su amado no se llevará ningún golpe. Una vez en el suelo, el bicolor abrazo fuertemente al otro.

—Pues entonces hibernare contigo.

Al peliverde realmente se le derretía el corazón cada que su pedazo de cielo le decía cosas así. Era una clase de romanticismo extraño, que solo entendían ellos dos, lo cual lo hacía doblemente hermoso.

Le dio un tierno beso, que a pesar de que el bicolor quería hacerlo más largo, termino pronto.

—Lo siento Shō-chan, pero estoy ansioso por saber qué es lo que tienes que hacer —la sonrisa de Izuku apagó cualquier queja que tuviera—. Sólo dime qué es y te besaré de nuevo.

—Lo siento mi querido brócoli, pero tenemos cosas que hacer hoy.

A Izuku no le quedó más remedio que hacer lo que le dijo y acompañarlo a donde se dirigieran.