Quiero que seas república.

Domingo 1 de julio

Estoy jodidamente harta de esta situación.

A veces no piensas que las decisiones de un solo hombre pueden llegar a afectar tanto a las personas directa e indirectamente es impresionante como la decisión errónea de un presidente puede afectar a tantas personas y hasta a países vecinos.

Siento que estoy en casa por cárcel sin a ver cometido un delito y no me dieron tiempo de defenderme o de ser juzgada.

El poder mata, te enloquece, daña tu mente y te hace pensar que tomas las decisiones correctas.

Ningún asesino debería de tener tanto poder como para estar al frente de un país, no debería de estar tomando las riendas de un lugar que no le pertenece y que su pueblo pide a gritos que se marche.

Antes podías buscar refugio en la policía si te sentías amenazado, si algo iba mal o si tu vida corría peligro, sin embargo, en esos momentos ver un uniforme de ellos causa miedo y rabia porque lo que representan no es justicia y seguridad sino injusticia y muerte.

Es cansado estar encerrado en tu casa haciendo lo mismo cada día sin poder salir con la seguridad de que vas a regresar sano y salvo aunque prácticamente pase presa aquí no me quejo tan solo me causa tristeza vivir esta situación, pero agradezco porque estoy viva y en mi hogar ya que soy consciente de la situación que otros están pasando en este momento.

Hasta tener la música en alto volumen te da inseguridad, porque en cualquier instante puede pasar algo y no te vas a dar cuenta.

Ver la televisión y tus redes sociales ya no es como antes porque siempre vas a encontrar una noticia que te haga llorar y recordar que todavía sigue un presidente de mierda en tu país.

Antes veía las noticias de Venezuela y lloraba con cada injusticia, pero nunca pensé poder sentir eso en carne propia estos dos países tienen que librarse de ese cáncer.

Represión, injusticias, llanto, dolor, sufrimiento, cárcel, inseguridad, robo y muerte son el pan de cada día en mi país.

Cuando la gente es humilde y buena la reciben con una patada por el trasero.

Al menos escuchar Next To Me de Imagine Dragons me reconforta.