E V A N

"Quedate conmigo"

Llegamos a aquel mítico campo, la luna iluminaba nuestros pasos sobre aquel césped húmedo. Mientras la observaba caminar no podía pensar en otra cosa que no fuera lo brillantemente hermosa que se miraba, estaba radiante.
Ella caminaba frente a mí con su mano desplegada hacia atrás sujetando la mía.
Yo seguía sus pasos inocentes.
Ella comenzó a entonar con tarareos una vieja canción que solía escuchar mucho.
Su canto era una calma para mi alma. Escucharla era mi placer.
Ella se detuvo y se giró para verme de frente.

—Te amo demasiado Evan— Me dijo mientras me tocaba el cabello.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro.

—Yo también te amo mi pequeña Diane— Respondí feliz de ser igual de amado.

Seguimos caminando tomados de la mano, ella con su cabeza en mi hombro, platicábamos de todo y de nada.
Sobre su primer moretón, su primera intervención en un hospital, su opinión sobre la política y hasta de el sueño más loco que hubiese soñado alguna vez.
No importaba cual fuera el tema, si era ella quien lo hablaba el mundo se reducía a su voz.

—aguarda aquí un momento— y corrí rápidamente a una de las gradas, subí lo más rápido que pude hasta llegar al cuarto de sonido.
Conecté las bocinas y puse una melodía lenta.
Baje de nuevo hasta donde ella estaba y la encontré con una sonrisa grande y brillante. Esperaba a que yo llegara para sujetarme y bailar.

Yo no bailaba, pero lo haría eternamente si ella fuera mi compañera.

Puse mis manos blancas sobre su cintura, ella puso sus delicados brazos sobre mis hombros y nuestras miradas se juntaron.
El sonido gastado de las bocinas reproducían una canción y nos envolvían en el momento.
Todo en mi mundo se reducía a su mirada.

(....)

En la calle cercana a la barda de el campo, un auto se acerca velozmente. Dentro de él botellas de cerveza y olor a tabacos.
Dylan maneja el auto con gran ebriedad.
Al mirar por el cristal nos observa a lo lejos, justamente en medio de el campo. En el que alguna vez tanta gente lo alababa.

El detiene el auto rápidamente. De lejos nos observa furioso, recuerda aquella vez que cumplí mi venganza contra él y su vida se fue cayendo a pedazos. Termina de un trago su cerveza, toma una nueva y antes de bajar de el auto saca de bajo su asiento un arma corta.
Camina ferozmente hacia el campo, cruza él portón hasta estar dentro de el campo.

(.....)

Mientras bailamos la observo para grabar cada detalle de el momento.
Estoy nervioso, pero ansioso por darle mi propuesta.

—Diane, No hay momento de mi vida que no quiera pasar a tu lado, te amo, quiero entregarte mi vida para cuidarte,complementarte y que me complementes. Quiero ser un refugio en tus noches frías, Quiero ser tu calma en la tormenta. Quiero ser tu compañero y que tú seas la mía. Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.
Diane, ¿Quieres pasar tu vida a mi lado?— Nervioso saco de mi bolsillo una pequeña caja con un anillo dentro y se lo muestro a ella con mis manos temblorosas.

Una sonrisa se pinta en su bello rostro.

Cuando ella está apunto de contestar suena un profundo disparo que hace volar a las aves dentro de el bosque que se encuentra cruzando la carretera donde se encuentra el auto de Dylan.

Asustado y confundido tomo a Diane en mis brazos y la pego a mi pecho.

—¡¡Felicidades maldito idiota, ¿ahora son un maldito matrimonio?!! Haha eres patético Evan— Grita Dylan mientras se acerca con un paso débil gracias a su ebriedad.  —Ustedes dos, ¡malditos! Arruinaron mi vida, gracias a ustedes perdí todo— Hace una pausa para beber de su cerveza. —Los odio, mi padre me echó de casa, ahora me odia, se avergüenza de mi. Gracias a ti maldito desgraciado.— Mientras habla mantiene su pistola apuntando a nosotros.