E V A N

Despierto en una habitación pequeña con solo una cama pequeña, un baño y un pequeño escritorio.
Todo tiene un color metálico que me hace sentir atrapado.
Y así fue como llegué aquí.
Todas las noches pienso en Diane, pienso en lo bella que era, en la calma que le provocaba a mi corazón.
Recuerdo los momentos en los que odiaba hasta mi vida, pero después estaba ella, ella hacía que todo fuera bello.
Recuerdo lo melifluo de su voz.
Ya a pasado un tiempo, y e decidido pasar otro día más aquí. Viéndome al espejo, ver mi cara que no es la de antes, la mitad de mi rostro está quemado y me hace recordar todo lo vivido.
No quiero estar más aquí.
E colgado ya unas sábanas a un pequeño barrote en lo alto. Este es el final.
Antes de terminar con todo solo quiero escribir unas líneas finales dedicadas al gran amor de mi vida, Diane.

"Amor mío, han pasado ya varios meses desde que te fuiste, más sin embargo sigues aquí fuertemente dentro de mi corazón. Todos los días te pienso, todos los días te escribo.
No importa cuantos años pasen, siempre serás mi lugar favorito en el mundo.
Mi alma y cuerpo siempre serán para ti.
Aveces te extraño, como el joven escéptico a sus creencias crédulas. Como él ave emigrante a su nido. Como la madre al hijo que a partido.
Te necesito de una forma incontrolable, pronto estaré contigo.
Haremos todo lo que soñamos, suelo imaginar cómo será nuestra casa, tendrá ese color rosa que querías, un bello jardín, un gato. Te imagino siendo feliz eternamente y yo el mismo idiota que te ama más que a cualquier cosa.
Seré completamente tuyo hasta que todas las estrellas caigan de el cielo.
Y cuando estemos juntos juro que tomaré tu mano, y entonces nunca volveré a soltarla.
Agradezco a la vida que te cruzara en mi camino.
Gracias por aparecer cuando menos te esperaba pero cuando más te necesitaba, gracias por salvarme de mí mismo.
Te amo, por siempre y para siempre.
Atentamente: Evan.