El leyare de aquí sirve para algo, no como el de mi mundo anterior... El leyare de Freyland me está empezando a gustar mucho, estoy ansiosa por entrenar otra vez... Vaya, pensé que nunca llegaría a decir eso...
Volvimos a palacio los tres, hacía mucho frío de nuevo y la nieve seguía vigente.
-Hoy mi padre no está aquí, ha ido a cazar -Dijo Sora. En ese momento me acordé de que su padre era el rey -Podemos entrar por la puerta principal todos. -Miramos a Casiopea y ella asintió con la cabeza.
Entramos al castillo y se apreciaba la gran sala principal tenía lámparas gigantes hechas con cristales, había una gran alfombra roja que daba lugar a los tres tronos , supongo que serían del Rey, del Príncipe (Sora) y el tercero... ¿Y la madre de Sora?. En el suelo se podían observar rombos iguales en una serie repetitiva.
-Hola preciosa... -Dijo alguien aparentemente feliz.
-Ehm... -Expresé
-Alteza, Therix -Casiopea me señaló -Es una amiga que ha viajado desde un lugar lejano hasta Freyland, era para visitarme, perdone las molestias. -Se arrodilló hacia los tronos, en la alfombra roja. Casiopea parecía estar preparada por si el rey nos descubría de repente como en este caso -Por favor, le ruego que permita que se quede en el palacio por unos días.
-No le molestaré -Me arrodillé. Como el rey era peligroso por lo que me contaron, me mantenía fría, rígida y con la mente en blanco.
El propietario de aquella voz apareció en uno de los tronos. Era un hombre joven, tenía en pelo rojizo, peinado a un lado. Ojos verdes esmeralda algo inquietantes y dientes afilados. Sus ropajes eran muy peculiares, llevaba un abrigo parka de rombos de color rosa y azul, unos baqueros negros al igual que sus zapatos de traje, un pendiente rosado y una corona que flotaba en la parte rapada de su cabeza.
-Que se quede cuanto quiera, no te preocupes Casiopea -Sonrió levantando sus cejas.
-Gracias -Dijimos Casiopea y yo a la vez inclinándonos.
¿Es ese el padre de Sora? ¿Por qué me mirará tanto? Es muy inquientante y me pone algo nerviosa, debo de mantaner la cabeza fría y no hacer nada.
Llegamos a mi habitación y casi era la hora de la cenar.
-Bueno, ese era mi padre... se que hará alguna cosa rara, asi que no te asustes por ello, es normal. -Dijo Sora.
-Alteza... ¡Tengo que estar atenta todo el rato porque se confunde siempre! Menos mal que estaba preparada por si su padre nos veía de repente, estaba segura de que pasaría... -Gritó Casiopea molesta hacia Sora, este estaba pidiendo perdón y perdón muy avergonzado -A parte de eso... siempre tendrás que estar atenta Therix, cualquier cosa que pase nos lo cuentas a nosotros.
-¡Claro! Estaré muy alerta de lo que pase siempre... gracias.
En la cena todo era un poco incómodo, no podía pensar en tonterías ni en nada que tuviese que ocultar, con lo cual me puse a pensar en un videojuego que me encantaba cuando estaba en mi mundo anterior, el Rey podía leer mis pensamientos, así que pensar en un videojuego me ayudaría.
Cenamos y nos fuimos a dormir todos. Mientras estaba intentando dormir, miré hacia la ventana, las estrellas... y comencé a pensar de nuevo. De repente mi cicatriz empezó a brillar, tanto que tuve que taparme los ojos de la cantidad de luz, como si el sol estase a mi lado... alguien apareció pero la luz me impedía ver.
-Therix... lo siento. Tenías que ver tu verdadera naturaleza... lo que eres... Siento lo que te he hecho, aunque tengo una buena noticia... volverás a tu mundo.
-Pero... ¿Quién eres tú? -Dije con algo de miedo. Su voz me resultaba muy familiar.
La luz fue disminuyendo y pude ver el rostro de la persona...
-Haz que descubran lo que eres. -Yuugi sonrió y desapareció.
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Renacimiento
ParanormalTherix , una chica de 17 años , empieza a tener sueños extraños y visiones , gracias a ellas sabrá que pasará algo horrible y que es inmortal...