Benjamín

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Benjamín (imagen de Mauricio Ouchmman)

Noche del mismo día.
–¡Mamá buenas noche!- saluda Violetta besando al rostro de la mamá.
–¿Ya vas?- pregunta Mariah acariciándole al cabello de la hija.
–Voy ma, voy a estudiar los guiones y me voy acostar, estoy muerta..
–Descansa mi amor...- sonreí Mariah.
–Gracias Ma, te quiero, anda a descansar también...
–Me dormí toda la tarde, voy leer unas revistas allá en mi habitación, te quiero...
Dos horas después, Violetta estaba entregue al más profundo sueno.
Mariah ya se había tirado a la bañera donde esperaba un tanto preocupada.
–Por el amor de mi vieja madre, donde se habrá metido ese incompetente. Ya no puedo esperar más...- Susurra Mariah mientras deja silenciosamente el baño en dirección a su ropero.
El planeado era, 23 horas, el reloj apuntaba casí media noche.
El silencio era asustador.
Mariah seguía aprensiva, estába convencida de que no llegarían, su plan ahora era acabar con el doctor mentiroso.
–Se él piensa que yo a caer en esa, está completamente engañado...- susurra ea quitándose la ropa lentamente.
De repente la puerta se mueve lentamente .
–¿Señora Mariah?- habla él.
–¡Qué susto!- grita ella terriblemente asustada.
No impulso de impedir el grito de Mariah el tipo le agarra y le tapa la boca con la toalla.
-¡Silencio!- Adverte el- Soy yo...
-¡Finalmente!- susurra ella soltando las manos de él - ¿Pero que clase de ignorantes son ustedes? Yo dije 11 horas, ya es media noche ¿Qué pasó? Sí supiera que sería tan difícil llegar había dejado también un mapa con las llaves...
–¡Silencio!- sigue el otra vez tapándole la boca.
–Dejáme!- murmura ella entre los brazos del hombre- ¿Qué te pasa?
–Su hija...Por un poco no hecha todo a perder, tuve que meterme tras ese diván por una hora... - habla él.
Violetta que había salido por un vaso de água regresaba a la habitación.
–¿Ella te vio?- pregunta Mariah asustada.
–¡No! Pero casí..- responde el chico.
-¡Suéltame!- habla ella al darse cuenta que aún seguía  presa por el hombre.
–Yo no te estoy... - Habla él al perceber que su blusa estába presa a la toalla que Mariah tenía puesto.
–¡Cuidado! És nuevisima...- suplica Mariah acercándose otra vez para no dañar a la toalla.
–Yo me quitó la blusa, o tú te quitas la toalla, con todo respeto... Es que no hay otra forma de...-habla él avergonzado. Yo cierro los ojos...
–¡Ah qué bella opción me toca!- responde ella con sarcasmo- Trata de soltar eso, no me voy a poner desnuda frente un...
–¡No se puede, un movimiento y adiós toalla! Mi mano ni pasa  en ese espacio...- habla él tratando inutilmente soltar su blusa por un espacio que tenía entre los dos. Hagamos el siguiente, acércate más que ahí queda un espacio y se desprende la ropa..
–¡Esta bien!- habla Mariah- Pero es solo para soltar eso, no te aproveches.. 
-Sí señora...- habla él avergonzado.
Mariah se acerca lentamente, totalmente avergonzada y sin reacción. Apesar de toda su crueldad era una mujer que tenía miedos, inseguridad, toda mujer por más "Iron Lady" que sea tiene sus miedos, sus deseos, sus debilidades.
Era como si por un según, la Mariáh diabólica dejase transparecer la Mariáh que necessitaba afecto, amor, atención.
La pequeña luz al lado de la cama apenas iluminaba la habitación... y cuánto más los cuerpos se acercaban, las manos temblaban. La atracción súbita hizo con que ellos ni notasen que la toalla presa ya estaba suelta, pero ellos seguían presos, mano a mano, boca a boca.

–¿Y las novedades?...- murmura ella tratando de aguantar a los besos que caminaban por todo su cuerpo.
–¡No digas nada!- Habla él besándola- ¿No puedes esperar un poco?

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En aquella noche, la paz reinaba por la casa, el teléfono no sonaba y Violetta estaba libre para robar cuantas comidas que tuviese gana.
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Día Seguiente.
–¿Ya despertaste?- pregunta Mariah sentada en un diva al fondo de la habitación envuelta en una sábana.
–¿Ay Dios, que horas són?- pregunta el guapo levantándose asustado.
–¡08 de la mañana!- responde Mariáh cruzando suavemente sus piernas, ya totalmente recuperada de la " Mariah romántica".
–¡Ah!- suspira él aliviado.
–¿Cómo te llamas?- pregunta Mariáh riéndose mientras imaginaba que había pasado la noche con un extraño que ni siquiera sabía el nombre.
–¿Porqué te ríes?-  pregunta el.
–¡Yo pasé la noche, en mi cama, con un hombre que no sé ni de dónde salió!- habla ella mientras ríe.
–¡Benjamín!
–Ben-ja-mín!- habla ella caminando lentamente hacia la cama- Debes tener hambre ¡Te prepare algo de comer!
– No es necesario, yo salgo de aquí y...- sigue el todo educado.
– Puede comer, no me vengas con esa educación que me ahoga ¿Me vas a decir que no tienes hambre? Toda la noche Benjamín... -Ríe ella sentándose.
–¿Fue buena la noche?- pregunta el.
–No te preocupes, tú estuviste perfecto, yo es que, había perdido un poco la sutileza...
–¡Para mi estabas expendida!- responde Benjamín.
– ¿Qué te pasa? Tu no eres igual a aquellos que trabajan con Gurgel... A ver, si estás intentando algo...-  haa Mariah.
–¡Tranquila!- habla él tomando delicadamente las manos de Mariah. Yo solamente trabajo para él, servicio de entrega de documentación, tengo otros planes, necesitaba plata, no hago servicio sucio como los otros. Y me admira mucho, que tú tan linda como sos, que necesites los servicios de un tipo como él.
–¿Yo?- ríe Mariah- Ay Benjamín... Ayer fue...
–Maravilloso!- responde el besándola.
–¡Tu eres realmente raro!- Habla  Mariáh correspondiendo el cariño-  Necessito de mis papeles.
–¡Están todos aquí!- habla él recogiendo los papeles en la mesa cerca. Hoy a las 15 horas, Gurgel te va acompañar al proyecto...
–¿Proyecto? - Cuestiona ella.
– Sí, un evento dijo él...- Gracias por el desayuno, por las frutas, pero ahora me toca ir.
–¿Ahora?- cuestiona Mariah.
–Sí, regreso a la oficina que trabajo...
- Está bien...- responde ella muy amable por  primera vez- Sos un gran hombre Benjamín...
–Y tu una gran mujer Mariáh, yo no sé lo que tienes que hacer con el señor Gurgel, pero te digo que te cuides, deja esa gente mientras tienes tiempo para eso...- mirándole a Mariah en los ojos.
– Tu no sabes ni la mitad y es mejor que no lo sepas... De todos modos ¡gracias por sus consejos!
–Bueno... si me necesitas ya sabes dónde encontrarme...- habla él dándole un beso en Mariah y saliendo puerta afuera.
Mariah lo observaba desaparecer en el ascensor, ya había mucho tiempo que no se sentía así, una mujer de verdad en todos los sentidos, había disfrutado de la noche que había pasado, del cariño. Benjamín que de la nada había aparecido, por un momento le hizo olvidar la soledad de su habitación y al mismo tiempo recordar cómo era eso de amanecer con alguien.
"MAMÁ,
Tuve que salir temprano, el director pidió que fuéramos al set acá mismo en São Paulo.
Hasta ya!
Decía el mensaje en el teléfono.

–¡Ah!- suspira Mariah  recordando la noche anterior- Ah Benjamín, suerte suya, felicidad mía, suerte suya sí realmente no saber nada y felicidad mía si no necesitar... Hacer nada malo en su contra.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2018 ⏰

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