El accidente

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-. "Las alas que Dios le dio, ruflaran de par en par ... Su alma ascendió al cielo, su cuerpo bajó al mar ...." (*  poeta Alphonsus de Guimaraens en "Ismalía) 
-Esa cita es digna de un momento como éste ...- dice Mariah  frenando el coche- Ahora vamos a ver nuestro escenario de "The Walking Dead", "Un Ford adulterado" será el tema de mi libro en honor a este momento. -dijo ella con una carcajada macabra.
Era la noche del jueves cuando ocurrió éste trágico accidente cometido con dobles intenciones por parte de su "gran amiga" Mariah.
En esa fría y tormentosa noche había ocurrido el peor de los desenlaces, Helena había sido traicionada por su compañera de viaje, la actriz que se había alejado del mundo del espectáculo por voluntad propia, había muerto...por lo menos ese era el fiel deseo de Mariah, su ambición ,odio y envidia nunca dejaron que ella pudiese ver más allá, pensaba que de ésta manera su hija iba a tomar el importante lugar que tenía Helena Blanco. 
-¡Al fin mi hija podrá ser una gran actriz, ocupando el lugar que siempre le perteneció!-  dijo Mariah contenta por lo que había ocurrido. Seguía mirando la oscuridad y el humo que subía del acantilado.
Ya era alta noche, la oscuridad y la lluvia impedían la vista del acantilado. 
- ¡Luces para esta escena! - grita ella en medio a la luz del coche. 
El coche de Helena había volcado varias veces en las piedras siendo lanzado a una pequeña duna de arena más abajo. 
-¡Qué momento fatídico! No hay más que hacer...Si por casualidad nuestra diva se escapó de la caída libre...Puede...morír carbonizada...Pero si aún piensa ser una recórd incansable como Meryl Streep es bien provavel que se caíga al mar y ya...¡Adios! - - dijo Mariah aplaudiendo la situación y salindo como  una loca- ¡Todo salió Perfecto! Lo siento querida pero en este mundo no hay espació para los débiles como tu, así que muérete... ¡Muérete Helena!
Mariah sigue al coche cuando encuentra unas cosas en el banco trasero.
Oh!- dijo ella regresando y lanzando algo al acantilado- ¡Me trajo su cartera que se le olvidó! Sería perfecto sí su monstruo de creación estuviese aquí, había sido dos de una sola vez ¡Para siempre lamento esta desventaja! Pero no por mucho tiempo...- dijo gritando por la ventana del coche.
Mientras tanto en São Paulo Jacque sentía algo extraño, el corazón apretaba. Ella sabia que algo no andaba bien con su tia, no era normal aquel sentimiento que sentía .
- Las cosas no andan bien ¡Algo no esta bien! No es normal... algo le pasa a mi tía, lo siento aquí...- Dijo Jacque a su fiel sirvienta. Una lagrima le salía por los ojos.
-¡Niña no se ponga así! Recuerda que las malas noticias son las primeras que llegan, además la señora no hace mucho que se fue y ella quería paz,  desconectarse de el mundo por un momento...- dijo Guadalupe a Jacque. 
 -Sí Lupe, pero es que no puedo con esto que siento aqui dentro, es como un mal presentimiento, sabes que yo no quería que mi tía hiciera este viaje, algo dentro de mi me decía que no debia viajar...- explica Jacque.
-Niña, ahora ya no puedes hacer nada, mejor venga vamos a rezar y vamos a pedirle a Dios que proteja a la señora,  no llores mi niña, a la señora Helena no le gustaría verte así...
-¡Ay Guadalupe! Que feo es esto, no debía dejarla ir sola con esas, yo debía acompañarla... -dijo Jacque con los ojos llenos de lágrimas recostandose al hombro de Guadalupe .
Mientra tanto Violetta que acomodaba sus cosas en los cajones de su habitación, metió la mano en una arasena y se pinchó con aguja.
 - ¡Ay! Cuanta sangre ¿Y está lluvia? Qué noche tan rara... se siente todo muy extraño... - dijo Violetta mirando por una ventana tratando de parar la sangre .
En el acantilado, la lluvia golpeaba lentamente sobre el fuego qué comenzaba a arder el coche. 
-¡Auxilioooo! ¿Alguien por aquí? ¡Me ayude por favor!- dijo una voz en medio a los destrozos.
La sangre abordaba por su rostro, la cabeza dolía demasiado a punto de  hacerle perder los sentidos.
En la caída, Helena había sido arrojada fuera del coche. El vidrio delantero se habia rompido con el golpe y ella había sido echada en una pequeña duna de arena lejos del coche. 
Atrapado por las rocas, el coche quedó suspendido casi a punto de explotar, mientras las llamas le devoraban muy rápidamente. 
-¡Ayúdeme! -Grita Helen- ¡Alguién me puede ayudar por favor! ¡Este coche va a explotar! 
Fue sólo las palabras saliren de la boca de Helena y una fuerte explosión hizo eco a través de las piedras. Con la fuerza del impacto, Helena fue arrojada por la borda  y ya impotente es tragada por las olas furiosas.
Fín del tercero capítulo.

Notas finales: 

última estrofa de uno de los poemas que me gusta leer. 
"¿Valío la pena? Todo vale la pena 
Si el alma no es pequeña 
Quien quiere pasar allende el bojador 
Tiene que pasar allende  el dolor 
Dios al mar el peligro y el abismo dio, 
Mas fue en él donde el cielo se miró. 
Mar Portugués - Fernando Pessoa.
Fernando Pessoa - MAR DE PORTUGAL



Ojos que no ven, corazón que no sienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora