–¿No te gustó?- pregunta Violetta asustada con la reacción de la mamá.
–No es que no me haya gustado, es que no esperaba...- dijo Mariah tratando de esconder el espanto.
–¿Y qué no esperabas? Pero...
–Hijita... Permiso...- dijo Mariah saliendo rápidamente.
–¿Y ahora qué le pasó?- pregunta el Pelirrojo al ver Mariah salir tan deprisa.
–Yo no sé - habla Violetta sin entender- ¿Que cosa no? Bueno, ¿Vamos a grabar hoy? Todavía no estoy con mi cronograma de la semana...
–¡Sí vamos! Jacque recién terminó de grabar y se convirtió en humo, que raras son ustedes, desaparecen de la nada...- ríe el Pelirrojo saliendo acompañado por Violetta.
–Bueno ¿Quién es?- habla Mariah disfrazando la voz en el teléfono.
–Buenas, es del estudio 6...- responde una otra voz masculina al otro lado de la llamada.
–¿Cómo va? Soy Jacque, oye, ya no reconoces mi voz Mirto?
–Hola Jacque, no, no reconocí, la verdad es que suena muy diferente ¿Y qué onda?
–Necesito saber algo, que todavía no estoy enterada...- prosiguió Mariah imitando la voz de Jacque- ¿Sabes decirme dónde va ser las locaciones de la película? Es que Violetta dijo qué...
–Si, va ser en el Caribe, en unas áreas de playas desérticas, bueno, creemos qué es el ambiente perfecto para la película...
– Que bueno Mirto... ¿Mirto? Hola, no se te escucha... - sigue Mariah haciendo una simulación de interferencia en la llamada.
Mariah apaga el teléfono y respira impaciente, volverá en pocos días al lugar donde todo había empezado a tomar rumbo. Para ella en otros momentos la idea de irse tomar un tiempo en vacaciones en el caribe era un lujo, pero ahora, era una amenaza, el cuerpo de Helena no había sido encontrado, el fantasma del pasado aún estaba presente más vivo qué nunca en esa incertidumbre. Las investigaciones se habían terminado porqué el teniente había sido comprado con tal de abandonar y cerrar el caso . Pero ¿Qué podría salir equivocado?¿Y sí Helena hubiese escapado y aún seguía viva como una callejera? Luego sin duda se enteraría de las grabaciones y buscaría una manera de llegar hasta ellos. Todo estaría perdido.
– ¡Tranquila Mariah! No te olvides que Helena es muerta, es imposible salir viva de una explosión así y salir por ahí queriendo volver a la casa. ¿El cuerpo? Bueno, debe haber sido convertido en cenizas, lanzados en el mar con el viento y así entrado tradicionalmente al infierno. Pero... Necesito estar segura de que ninguna pinch** desgraciada vuelva y arruine todo lo que he construido...- Habla Mariah para sí misma, volviéndose otra vez al teléfono.
-¿Bueno?- contesta una voz al otro lado.
–Hola mi rata favorita ¿Te acuerdas de mí?- habla Mariah.
-Obvio que sí ¿Quién olvidaría esa voz y ese humor negro? ¿Se te ofrece algo?
-Mejor así- Sigue Mariah tratando de esconderse detrás de una pared- Necesito saber sí tú aceptarías hacer un trabajo para mí?
–Señora yo no hago trabajos para nadie...-responde el hombre al otro lado de la llamada.
–Ay pues no te cae bien el estilo Madre Teresa. Ya es tarde para que hagas ese tipo de papel compadre ¿Ya te olvidaste de quién soy señor Gurgel Alcântara?
–¿Qué quieres?
-Bueno, ahora hablamos otro idioma.- ríe Mariáh -Quiero me hagas unos documentos falsos...
-Pero ¿Qué quieres Mariah? ¿Destruir mi carrera? No me gustan los chantajes...- sigue el viejo doctor que había sido el responsable por leer el testamento.
–No, pues al menos que tú me puedas ayudar hombre...- ríe la mala mujer.
– ¿Y esos documientos?- pregunta el viejo.
–Bueno, primero quiero que tú con tu buena influencia hagas una falsificación...- iba hablando Mariah.
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CARIBE.
5 meses después.
La vida seguía tranquila con la nueva familia de Jane. El beso que había pasado entre ella y Mark había acercado aún más los dos compañeros de residencia.
– ¡Buen día!- saluda Jane al entrar en la cocina donde estaban Mark y Julie.
-¡Buenos días!- responden los dos.
–¿Y a donde vas así tan elegante?- pregunta Julie mirando a Jane que a cada día se mostraba más linda y juvenil.
–Julie, la tía Jane es linda por naturaleza...- habla Mark riéndose y abrazando la niña.
–Gracias Mark...- Sonríe Jane- Gracias mi pequeña Julie, bueno, yo me voy a una escuela de baile, qué Kart me indicó, me siento bien mejor ahora y la danza me hace sentir aún mejor, quiero ser maestra.
–Y con esas ganas que traes en la mirada pues vas a ponernos todos a bailar ¿Verdad?- ríe Mark arriesgando unos pasos de danza con Julie.
–Por supuesto que sí... Ustedes van a ser los primeros- ríe Jane- Necesito suerte...
- Jane ¿Me vas a enseñar el tango?-
-Claro que sí mi hombrecito...- habla Jane espantada- ¿Pero porqué el tango en absoluto?
–Tiene una chica en mi escuela, es de Argentina y allá se baila el tango...
-¿Estas enamorado?- ríe Jane.
-Bueno...- responde el niño avergonzado.
-Tranquilo Max, yo te enseño el tango y todo lo que quieras para impresionar la morochita- ríe Jane- Pero primero necesito aprenderlo yo...
–Es cierto- responde Max- Gracias Jane.
Argentina, tan familiar pero tan lejos, algo como un humo impedía de saber el porqué que esta palabra sonaba tan familiar. Ya había escuchado muchas veces hablar del sur de América pero... No había descubierto la razón para ese total incómodo.
Brasil estaba a un paso de ahí, sur de América.
Bueno pero como decía siempre, qué extraño era sentirse atraída por esa parte del mundo que nunca había visitado.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
Los ojos no habían visto, el corazón no debería sentir... Pero sentía.
Las palabras se movían rápidamente en sus ojos mientras el coche "volaba" por la carretera en dirección a la ciudad.
"Ojos que no ven, corazón que no siente"
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–Bueno Jane, llegamos...- habla Mark deteniendo el coche frente a un gran edificio muy lleno de personas.
–¡Gracias Mark!- ríe Jane volviéndose para el con una sonrisa.
–Jane... ¡Cuídate!- dijo Mark antes de ella cerrar la puerta.
–¡Gracias Mark!
Mark observaba Jane caminar y desaparecer en el edificio, tenía una extraña sensación, quería Jane a su lado, era bueno ver la vida de la manera que ella trataba de ver, era... Maravilloso tenerla allí a su lado.
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Las personas entraban y salían por el edificio, todo era fantástico. Jane caminaba y su miente volaba en cada paso que caminaba para llegar a sus clases de baile. Todo era nuevo pero muy familiar y las mariposas en el estómago ya no incomodaban.
–¡Perdón!- grita alguien recogiendo los libros.
–¡Discúlpame!- ríe Jane avergonzada poniéndose de rodillas entre los papeles que volaban por el suelo.
–Yo te ayudo!- Habla un joven hombre mientras recogía y entregaba los papeles a una Jane asustada.
–¡Soy César!- saluda el con una sonrisa medio avergonzada- Soy un poco desastrado... Como ves...
–¡Ya están todos salvos!- dijo ella devolviendo la sonrisa.
-¿Trabajas aquí?- pregunta el.
–No, soy nueva acá, la verdad es que estoy buscando mi escuela...- habla Jane.
–Sabes que tengo la impresión que te conozco...- habla el admirado- ¿Cuál es tu equipo?
–¡De baile!- habla ella volviendo al trajeto.
–¿Su nombre?- pregunta César.
–¡Jane!- responde ella- Me olvidé de decirte...
–¡Jane!- ríe ele. Bello nome, entonces, pronto nos vemos Jane.
–¡Todo bien!- responde ella con una sonrisa.
Un movimiento sorprende las manos de Jane que con suavidad es gentilmente besada por César.
–¡Hasta luego!- habla él saludando.
–¡Hasta luego!- saluda Jane sorpresa observando el guapo joven desaparecer por un pasillo.
–¿Usted por acá?- pregunta una voz sorpresa.
–¿Hola?- responde Jane volviéndose para ver quién hablaba.
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Ojos que no ven, corazón que no siente
Mystère / ThrillerOJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE . La vida se mide según a quién amas y según a quién dañas (...) Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas (...) Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o co...