My Secretary |Suga And You

One-Sonrisa.

•Eres la serendipia mas linda en mi destino •

Es de mañana y tengo que ir a trabajar. No es la primera vez que trabajo, pero si soy nueva en laborar en una compañía tan sobresaliente.
Respecto a los que trabajan allí... Supongo que no debo de juzgar a la gente sin conocerla, aunque si es de criticar, un trabajador de aquella empresa me comento que abandono la empresa debido a el jefe de la misma. Pero sinceramente me importa poco lo anterior, una persona no puede agradar a todos después de todo.

Hace poco salí de la universidad. Todo era perfecto, tenia una gran vida social, un novio envidiable y estabilidad económica. Todo aquello cambio cuando mi novio termino con migo de una manera cruel, después de prometerme tanto amor, justo cuando íbamos a dar a conocer nuestra relación a sus padres... Me abandonó. Desde ahí mi mundo se empezó a caer. Perdí mi trabajo y me sacaron casi a rastras de la casa donde residía.

El se llamaba Park Jimin, un chico increíble y adinerado. Dulce, amable además de leal.

Cuando ofrece su amistad y su amor, los momentos que te puede brindar son tan magníficos como un niño admirando a su madre por primera vez, y lo digo de esa manera porque gracias a jimin por primera vez conocí el amor, pero por primera vez conocí lo que era el dolor de una ruptura, y el como te acostumbras tanto a una persona que cuando se marcha te introduces en una soledad asfixiante. Te mata por dentro, se alimenta de tus sueños, anhelos y te destruye.

Actualmente, gracias a trabajos cortos, logre conseguir un apartamento y debido a una hoja de vida aceptable, logre conseguir un empleo muy envidiado.

El edificio donde trabajaría era alto y se mostraba representando a la empresa mas poderosa de Seoul.

Entrando pude divisar muchas oficinas, lo asemejaba a un laberinto. A decir verdad seguía dando vueltas y no lograba encontrar mi puesto... En definitiva estaba perdida.

—¿Estas pérdida? —Me preguntó un chico de ojos gatunos y blanca tez. Era obvio que tenía cara de perdida, que estúpida.

—¿Se nota mucho?, buscó la oficina numero dos, soy nueva y...

—Ah... Ya veo yo te acompañó. —Me guió hasta aquella y no dejaba de mirarme detenidamente, yo solo sonreía como idiota para no mostrar mi incomodidad.

—Aquí es... Linda sonrisa. —Se alejo para desaparecer en un largo pasillo. Ni gracias pude decirle, solo espero no volver a verlo, vaya que me sentía incomoda.

Me acomode en la oficina y note que aquel chico estaba al lado de mi lugar de trabajo. Justo tenia su oficina a la par de la mía. Mala suerte ven a mi.

Me empezaba a asustar, ese chico me observaba mucho y no era agradable... Es decir, no es que el chico fuese feo, pero vamos, aun así da miedo. Las mujeres actuales piensan que si un feo te mira mucho, es acoso y si es guapo, es seducción. Yo en cambio me aterro de las dos maneras.

Siendo una mujer con muchos ovarios, fui a enfrentarlo.

—Oye... Te importaría dejar de mirarme tanto, es que me incomoda un poco. — Dije con la cabeza agachada y un poco de incomodidad.

—Disculpa. Veras, tu sonrisa es muy linda, es tan inefable, perdona si te incomode. —Dijo dando una leve reverencia.

—¿Inefable?—Dije algo curiosa, no tenia ni la menor idea de que significaba aquella palabra, como siempre tan ignorante.