Oliver Davamovich Perpentown
Ver ahí a mi tío me causo miedo, pánico y algo de descontrol.
No sabía que hacer o decir ante tal asunto.
-Hola tío
En ese momento se acerco abofeteándome, me sentí un tanto mal, pero él solo protegía a Cathleen.
-Yo ya no soy tu tío
En ese momento cuando se la llevo sabía que estaba perdiendo a mi último ser querido y posiblemente el que más estime.
-Que tus padres hayan muerto no significa que puedas obtener ese amor de mi hija-me gritoneo mi tío
En ese momento se había confesado mi más grande secreto. Cuando llegue a la vida de Cathleen no fue por hostigarla o destruirla, realmente solo era que mis padres habían tenido un accidente y no tenía a donde ir, todo el tiempo trate de ocultárselo a Cathleen, no deseaba que ella me viera con lastima alguna, con la ausencia de mis tíos fue más fácil que nunca preguntase, pero en este momento en su mirada veía la tristeza...lo que trate de evitar todo este tiempo, el motivo por el cual la alejaba tanto de mi, la molestaba y destruía, nunca quise hacerle daño, solo no deseaba que ella me viese como lo hacía en este momento.
-Adiós Cathleen-dije y cerré la puerta
No haría tras de ella de nuevo, no porque no la amase, pero le había hecho daño y ahora que ella sabía el motivo no era lo mejor estar juntos y tal vez esa seria la solución...desaparecer.